Hola, soy Julia Merodio.
En el año 1972 participamos en unos ejercicios espirituales y conocimos a la Comunidad de Nazaret. Desde 1973 somos miembros de la Comunidad, pero es más bien desde hace pocos años cuando me he lanzado a eso de escribir… (´cosa que ni se me pasaba por la cabeza, pero sorprendentemente mis escritos tuvieron buena acogida).
Solamente puedo dar las gracias a cuantos comparto con ellos mi vida, sobre todo a los jesuitas -de los que he aprendido todo lo que plasmo- pues realmente ellos son los artífices de mis escritos. Así que. sin ningún ánimo más que el de ayudar, semanalmente (o casi) publicaremos pequeños textos para que sirvan de reflexión, de introducción para la oración….
Aquí podéis saber algo más de mi. Aquí
Una Reina sin títulos nobiliarios
La Reina a la que hoy nos referimos no ostentó ningún título, no recibió ningún Óscar, no le dieron el premio Cervantes, ni el premio Planeta… ni siquiera fue nombrada premio Nóbel de la Paz… y, sin embargo, en su vida se funden los más onerosos títulos que fueron apreciados, ni más ni menos que por el mismo Dios. Parece que, de nuevo, la realidad demuestra que, el concepto que tiene Dios de título difiere un poco del que tenemos nosotros…
La misericordia del señor llena la tierra
Vivimos en el mundo de la compra-venta. Todo tiene un precio y por todo exigimos una recompensa. Tanto produces, tanto te vamos a pagar. Este modo de pensar, nos hace difícil acercarnos a Alguien que habla de gratuidad, que regala sus dones sin esperar nada a cambio. La persona de hoy hace las cosas pensando en la recompensa, desconfía de la gente y trata de asegurar su paga.
Por eso, nos cuesta tanto entender a Jesús Resucitado. También a Él le exigimos recompensas, le exigimos distinciones.
Viacrucis – 3ª Estación – Jesús es juzgado injustamente
Cuando se trata de juzgar a alguien es mejor elegir la noche, para no dar notoriedad. Tampoco importan las rencillas que haya, entre los que se erigen jueces, cuando lo que se busca es dictar una condena. Por eso encontramos a todos reunidos: Sumos sacerdotes, senadores y letrados; se trata de condenar a un “blasfemo” que, públicamente ha tenido la osadía de declararse Hijo de Dios.
Viacrucis – 2ª Estación . La traición de Judas
Judas acudió a cenar pero se le veía como fuera de sí. En la mesa se puso lejos de Jesús. Con la bolsa en la mano y a medio sentar, daba la impresión de tener algo importante que hacer. Yo creo que todos nos dimos cuenta, pero ninguno pudo albergar en su cabeza lo que pasaba en realidad.
Cuando Jesús se puso a lavar los pies, el gesto de Judas fue de fastidio, -un rato más viéndolo cara a cara- pero como otro cualquiera se dejó lavar por Jesús.
Orando el Viacrucis – 1ª estación
Llevo tiempo valorando, lo bueno que sería, vivir lo que queda de cuaresma hasta el domingo de resurrección, recorriendo el camino que, Jesús recorrió en el itinerario de la Pasión. De ahí que me haya decidido a ofrecer este Viacrucis. Y lo he escogido, porque me...
La Transfiguración
Jesús, nos ha elegido para subir con Él al Monte, porque nos ama y sabe que, nadie que presencie su gloria seguirá siendo el mismo. Su gloria nos hace criaturas nuevas, con un corazón grande para regalar amor allá por donde pasemos y si hay algo que necesita –con urgencia- el mundo de hoy es sentirse amado.
Llamados a entrar en el desierto
Ante nosotros se presenta una nueva Cuaresma. El tiempo se ha cumplido y Jesús, está dispuesto a llevar a cabo la misión, para la que ha sido enviado. De ahí que, esté decidido a anunciar el Reino de Dios con valentía y arrojo. Un planteamiento que, ha hecho que mi pregunta para este año, vaya en otra dirección. Os invito a que, os preguntéis conmigo: ¿estamos preparados, para llevar a cabo la misión para la que hemos sido enviados? ¿Estamos lo suficientemente maduros, como para entrar en nuestro desierto con Jesús, y afrontarlo como Él lo hizo?
San José, el camillero de la parábola
Sigamos poniendo enfermos, contagiados, moribundos… no nos dé miedo. Por muchos que pongamos, en la camilla siempre caben más. Pongamos también en ella, a este mundo enfermo de cuerpo y de alma, que lucha por salir de tanto deterioro, tanto hundimiento, tanta desolación… Este mundo que, lejos de arrodillarse ante Dios y pedirle amparo, solamente piensa en volver a aquello que dejó, infectado de poder, egoísmo y mentira… este mundo que no es capaz de percibir la novedad que, Dios nos está mostrando con este sinsentido que nos toca vivir.
Y Dios… se hizo presente
Dentro de unos días celebraremos la fiesta de La Candelaria. Y, si hay un día en la que, San José es protagonista –por sí mismo- es este: El día de la Presentación de Jesús en el Templo. Esto, no lo digo yo, lo dice el evangelista Lucas en los versículos de su evangelio que, se leerán en la eucaristía del día: “cuando entraban con el niño Jesús, sus padres, para cumplir con él lo acostumbrado según la ley…” José no está en segundo lugar, José no es “el otro” José es el padre que, Dios ha dispuesto para que cuide de su Hijo, con todas las atribuciones y todos los títulos. Allí estaban sus padres.
El valor de lo cotidiano
Esta atípica Navidad, á la que hemos bautizado de atípica, -pero en la que Dios ha nacido y ha venido a nosotros lo mismo que siempre- ha terminado. Volvemos a lo cotidiano, pero lo cotidiano de este momento, es seguir viviendo en la imprecisión que nos acompañaba antes de que llegase. Y con este final de la Navidad, quiero añadir a la temática que os venía compartiendo, otra realidad que nos acompaña.