por Admin-Web-QC | Abr 13, 2011 | Rincón de Julia
LOS DOLORES DE LA VIRGEN
Por Julia Merodio
Todos conocemos a personas que se llaman Dolores; y, el que más y el que menos, tiene una amiga Loli o Lola. Todas ellas celebran su onomástica el viernes que antecede al Domingo de Ramos: Es el viernes de Dolores, algo que, posiblemente se va olvidando y solamente, es recordado por la gente un poco mayor.
Por eso quiero sacarlo a la luz, porque lo mismo que las siete Palabras son queridas y recibidas con gozo, creo que los Dolores de la Virgen se recibirán de la misma manera; mucho más cuando descubramos que son tan actuales como la vida misma.
Es obvio que no podré plasmarlos todos pero elegiré el de la agonía por ser el más afín a la entrante Semana Santa.
AGONÍA DE JESÚS
Si todos los dolores de María habían sido punzadas para su alma, yo creo que la mayor de todos fue la de ver agonizar a su hijo. Su único Hijo. Y no hablo de forma hipotética, yo vi agonizar a uno de mis hijos.
Por eso entiendo, perfectamente, el dolor de la Madre y entiendo que, desde que lo encuentra en el camino del Calvario, María ya no pueda separarse de Él.
Al verle se da cuenta, de los dos sentimientos, que taladran el alma de su Hijo:
– El dolor de verla sufrir, de esa forma tan indecible.
– Y la tranquilidad que le da, tenerla a su lado.
A ella le parece imposible poder seguir en pie, después de ver lo en tan lamentable estado, pero Dios da siempre una fuerza imposible de imaginar y si el Espíritu Santo estuvo con ella en el nacimiento ¿Acaso ahora la va a abandonar?
Sin saber cómo sigue ahí inmóvil, en pie junto a la Cruz. Ya había visto, con mirada atónita: desnudar a su Hijo; meterle los clavos por manos y pies; izar la Cruz y chorrearle la sangre por cada poro de su cuerpo… pero, todavía, le quedaba verlo agonizar. Sería una agonía larga. Tres horas para agonizar son muchas horas, pero en esas horas a Jesús le quedaba mucho por hacer y a ella mucho por sufrir.
Las madres de nuestro siglo también saben mucho de agonía. De agonías lentas en las que ven deteriorarse a sus hijos, esclavos de esas muertes lentas que los van despojando de bienes, de dignidad, de salud… ¡Cuánto se sufre viendo agonizar a un hijo! ¡Qué pequeña se siente la persona ante el sufrimiento! ¡Qué impotente ante lo trascendental!
Lo mismo que nosotros, María estaba junto a su hijo en su sufrimiento, pero no podía quitarle ni un ápice de su dolor, para sufrirlo ella.
En la vida encontramos fronteras absolutas con las que no podemos batallar y, esta es una de ellas.
Por eso, cuando menos lo esperamos, nos encontramos a madres sufriendo y a hijos agonizando; son las agonías de quien camina a la muerte lentamente, una muerte buscada y consentida.
Ante nuestros ojos desfilan esas muertes sin piedad en algún momento cualquiera de nuestra vida, con la correspondiente agonía que produce. Apuntaré alguna de ellas:
- El alejamiento de Dios.
- El prescindir de los valores.
- El buscar placer sin importar el precio.
- El consumir de forma convulsiva.
- El ansia de poder aplastando a los demás.
- El vender al amigo por dinero.
- El despreciar a los que dieron todo por amor.
- La indiferencia con los seres queridos…
Agonías lentas y muertes anunciadas que no todos somos capaces de asumir y tolerar. De ahí los desenlaces tan tristes que nos presenta cada día la historia.
Y ¿Qué decir a todos esos que agonizan en una fría carretera solos y sin nadie que les ayude? Una de las más fuertes agonías de nuestro tiempo que, llevan a tantas madres, a esperar noches enteras al hijo que nunca llegará.
Madres, con el teléfono pegado al cuerpo, esperando que se confirme la llegada satisfactoria del hijo, al lugar de destino.
A María se lo avisaron, le dijeron que una espada atravesaría su alma y aquí estamos todas las madres esperando esas “espadas” que traspasaran la nuestra.
Por eso es importante acercarse a la Madre para que nos infunda valor y esperanza, además de conformidad, para que se cumpla en nosotros, la voluntad de Dios.
por Admin-Web-QC | Abr 10, 2011 | La Comunidad NZRT
Ya estamos en Facebook y Twitter!
Como ya muchos sabeis, podeis encontrar a la Comunidad de Nazaret en Facebook (Buscar grupo Comunidad de Nazaret). El grupo de Facebook es un grupo cerrado, sólo para miembros de la Comunidad de Nazaret. Para apuntaros teneis que pedirlo desde vuestros perfiles, o si teneis algún amigo de la Comunidad de Nazaret entre vuestros amigos del Facebook y ya estais agregados al grupo, desde el propio grupo podeis agregar a vuestros amigos de la Comunidad de Nazaret.
El Grupo de Facebook pretende ser un lugar de encuentro, de comentarios y de intercambio rápido de información. Aprovechadlo para conocer a mas miembros de la Comunidad!

Además, también estamos en Twitter. Los que esteis dados de alta en twitter podeis seguirnos buscandonos como ComNazaret. De momento nuestros Tweets están muy orientados a las noticias de la página web y todo lo que acontece entorno a MAGIS2011 y JMJ 2011. Podeis estar al día de estos acontecimientos, y añadir vuestros comentarios o mensajes!!
Esperamos que estas dos herramientas de Redes Sociales contribuyan a que, por un lado, se conozca más la Comunidad, y por otro, que nos conozcamos más entre nosotros!!
por Admin-Web-QC | Abr 1, 2011 | Rincón de Julia
ERES LUZ PARA MI SENDERO
Por Julia Merodio
Cuando una persona decide emprender un largo camino, lo primero que prepara es una buena lámpara, que le deje ver con claridad los baches, las curvas, los imprevistos… En un camino puede haber piedras, hoyos, animales que atacan… Pero lo que siempre se presenta, en un camino largo, es: la duda, la desorientación y el cansancio.
RECIBIR LA LUZ DE CRISTO
Desear encontrarse con Jesús en el camino de nuestra vida, es aprender a decir Sí a Dios. Es dejar que su voluntad se cumpla en nosotros.
Los jóvenes no tardarán ya de ponerse en camino. Es más, ya lo están proyectando, con el alma llena de expectación.
Cada uno se situará ante el momento actual en el que vive:
– Habrá jóvenes con recursos suficientes para no tener que inquietarse.
– Los habrá con recursos escasos e incertidumbres a la hora de tomar la decisión
– Otros estarán fuertes y saludables, sin importarles cuánto tengan que esforzarse para estar en el encuentro.
– Sin embargo puede ser que otros estén pasando un momento delicado de salud y tengan que ir viendo como se desarrollan las cosas…
– Unos y otros no se encuentran con el problema de no poder mirar, pero si pueden encontrarse con el problema de “no querer ver”
Por eso es importante, tomar conciencia de que este, es un momento especial para dejarse iluminar por el Señor, para plantearnos en serio lo que significa, dejarle a Él tomar la iniciativa.
¡Cuántos de nuestros jóvenes al recibir la Luz de Cristo saldrán de la noche en la que están viviendo y se sentirán queridos por el Señor!
¡Cuántos descubrirán los rostros, de aquellos que caminaban a su lado, sin a penas haberse dado cuenta de ello!
Y quedaremos sorprendidos al comprobar que, muchos, a pesar de llevar marcadas las vicisitudes del camino: cansancio, duda, calor, oscuridad, dolos… reflejarán una amplia sonrisa en su rostro.
EL MUNDO DE LA ENERGÍA
Vivimos en el mundo de las energías renovables, de las nuevas tecnologías, del espectáculo de la luz. Todo en nuestro entorno se mueve por la luz y sin embargo observamos con tristeza que, muchas veces esa luz que procesamos sólo sirve para distorsionar.
Según se proyecten los cambios de luz podemos ver una cosa u otra. Según el color que le pongamos veremos un día soleado u oscuro, brindaremos la mañana o la noche; según la intensidad podrá serenar o deslumbrar… y así seguirían poniendo efectos los entendidos en la materia.
Pero todavía hay algo más importante. En el momento actual todo lo mueve la electricidad, sin ella nuestra vida sería un caos total. Necesitamos la electricidad para subir y bajar de casa, para refrigerar los alimentos, para poder cocinar, para que funcione la calefacción, para encender la multitud de electrodomésticos que poseemos en casa… Sin entrar ya, en el caos que puede provocar la falta de luz, en un quirófano, en los semáforos, en las vías de la ciudad…
Realmente, en este momento de la historia, la vida sin luz sería inconcebible.
JESÚS LA LUZ DEL MUNDO
Frente a esta luz que acabo de presentar y que se necesita tener dinero para poder hacer uso de ella, nosotros conocemos otra Luz; una Luz que se regala, que nos acompaña, que se nos da… y que, sin embargo, prescindimos de ella sin darle el menos valor.
Esta Luz es la luz de Cristo, la que nuestros jóvenes vendrán a buscar en la JMJ; una luz que nos hace vivir despiertos, nos ilumina el camino, nos refresca, nos limpia… Es la luz que encontró, el ciego del camino, cuando tuvo la valentía de gritar a Jesús: ¡Señor que vea!
Sin embargo, que tristeza produce ver, que en la era de la luz, tantos se apartan de la verdadera Luz. Quieren taparla, les incomoda su brillo, les disgusta su claridad…
Cuánto les ayudaría saber que, la fe puede iluminar los caminos de la humanidad, que Cristo manda su luz a todos indistintamente, y que su Luz se ofrece como Don y no a cambio de pago alguno.
Pero hay una segunda parte. Jesús también nos ha dicho “vosotros sois la luz del mundo” por lo que cabría preguntarse ¿qué luz ofrecemos, los que nos decimos seguidores de Cristo, para que sigan existiendo tantos lugares oscuros y zonas en penumbra, en nuestra sociedad? ¿Acaso nos dedicamos, como los discípulos, a mandar callar a los que gritan en el camino?
Nadie da lo que no tiene y nosotros no tenemos luz propia. La Luz proviene del que es la Luz del mundo y tenemos que acercarnos a Él para “cargas nuestra batería” Por tanto alumbraremos en tanto en cuanto, hayamos aprendido de Él a llevar luz a los demás; a servir como Él sirvió, a perdonar como Él perdonó, a consolar como Él consoló… pero no por imposición sino por amor. Pues sabemos bien que si lo que damos a los demás lo hacemos por imposición lejos a alumbrar deslumbraremos.
Es el mismo evangelista Mateo el que nos lo dice así en el capítulo 5:
“alumbre así vuestra luz ante los hombres, para que viendo vuestra buenas obras, den gloria a vuestro Padre que está en el cielo”
Momento de Oración
Como cada semana tomamos conciencia de que estamos delante de Dios. Nos silenciamos. Nos vamos vaciando por dentro…
Después podemos leer lentamente el texto de Mateo 5, 13 -16.
Acojamos, en nuestro interior, el mandato del Señor de que seamos luz para el mundo. Y ¿cómo podemos ser Luz? Nos lo deja aclarado el mismo texto: “Haciendo que los demás vean nuestras buenas obras”
En el silencio repaso mis obras, mi comportamiento, mi carácter, mi manera de ser…
– ¿Trato a los demás con bondad?
– ¿Puedo mostrar mi esperanza?
– ¿Dedico tiempo a mi familia?
– ¿Me sacio de la Palabra de Dios?
– ¿Cómo es mi vida de cristiano?
– ¿Ayudo a ponerse en pie a los que caminan ciegos por el camino?
He comprobado por tanto de que se trata de iluminar, pero Jesús, que era la Luz, vino a este mundo y el mundo no lo recibió. ¿Recibo yo a Jesús en mi alma? ¿Cómo? ¿Cuándo?
Hay una segunda parte. Hemos de saber que nosotros no seremos Luz porque sobresalgamos de los demás, como lo hacen las estrellas de cien o los artistas, o los modelos… ¡No! Tampoco seremos luz porque tengamos mucho poder, ni una cuenta corriente abultada, o mucho ingenio… Nosotros seremos Luz cuando hayamos aprendido de Cristo a servir, a darnos, a levantar a los caídos del camino… Así nos lo dijo Él: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir…”
Somos Luz porque Jesús nos ha mandado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad…
Nosotros serenos luz cuando sepamos partir el pan con el hambriento, cuando seamos hospitalarios, cuando vistamos al desnudo… Y fijaos, después de todo eso Jesús dice: “Entonces romperá vuestra luz como la aurora… “
Para terminar la oración os dejaré unas palabras que Juan Pablo II pronunció al comentario de un salmo con esta misma temática:
“El orante que, se derrama en alabanza de la Ley de Dios, toma a Jesús como lámpara para el camino. Ese camino, a menudo, oscuro de la vida…”
por Admin-Web-QC | Mar 30, 2011 | Montañeros NZRT
La Peñota 1945 m
Xª marcha Montañeros de Nazaret , 2 abril 2011
Salida 9:30 h..- Explanada de los Campamentos (Cercedilla) 1500 m)
Desnivel: 500 metros (Un poco menos que a Peñalara)
Distancia a recorrer ida y vuelta: 7 km.
Regreso: hacia las 5 de la tarde
Material: Botas, ropa de abrigo, chubasquero, gorro, guantes, comida y agua (¿prismáticos?)
Descripción: Desde la fuente de “los Tres amigos” por una senda bien marcada con círculos rojos que sale de la piscina, subiremos por el bosque hasta cruzar la pista forestal. Desde allí subiremos, por camino empinado, al collado de Cerromalejo (1778 m), lugar de paso hacia el valle del río Moros. (Los que quieran se pueden quedar). Seguiremos progresando – por el lado de Segovia- hasta alcanzar la meta que es un pico emblemático en la sierra del Guadarrama. Las vistas son incomparables. El regreso por el mismo sitio. Marcha de montaña por el bosque, no muy larga. En algún momento la subida es un poco empinada, pero corta.
¿Cómo llegar en Cercedilla a la explanada de los antiguos campamentos del Frente de Juventudes?
Salir de Madrid por la A-6. En la salida 42, tomar la antigua carretrera N-VI a Guadarrama y al alto de los Leones (del León, o de Guadarrama). Atravesar el pueblo de Guadarrama y a la salida a la derecha está el cartel de desviación a Cercedilla.
Avanzar por esta carretera hasta Cercedilla y unos metros más adelante del km 7 (está nada más pasar la gasolinera) torcer a la izquierda casi 180 grados, subiendo por una empinada cuesta que se llama Paseo de Canalejas.
Seguir las señales que indican “Campamentos” siempre subiendo la cuesta. Al principio hay 500 metros asfaltados y después 1.600 metros de pista de tierra en no mal estado, apta para turismos, sobre todo si no hay barro. Aparcar en la explanada junto a las construcciones que pone bomberos. Allí cerca hay fuente estupenda.
Nota.- Unos metros más adelante del km 7, esta el puente sobre el río y el túnel de debajo de las vías. Si no hubierais torcido a la izquierda cuando os indiqué, dad la vuelta y volved y ya veréis a vuestra mano derecha esa subida del Paseo de Canalejas. En caso de pérdida mi móvil es el 628 879 000 y el de J.L.Blanco 609 345 865.
Vicente Pascual S.J.
por Admin-Web-QC | Mar 8, 2011 | Rincón de Julia
¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE HOY LA CUARESMA?
Por Julia Merodio
Aunque nos quejemos tanto de que, la gente va dejando de frecuentar la Iglesia, lo cierto es que, cuando llega la cuaresma hay muchas personas que se acercan a ella para: orar, para recibir el sacramento de la reconciliación y para sentir la cercanía de Dios.
El Miércoles de Ceniza, con un gesto de penitencia, se acercan hombres, mujeres, jóvenes y niños a recibir la ceniza. A nadie le parece un gesto irrelevante, nadie lo juzga como algo caduco dado a desaparecer, al contrario, cada año las personas se hacen más conscientes de lo que significa, de cómo quieren dejar a un lado todo lo que les estorba, lo que se ha quedado viejo en su vida para pasar a lo que no caduca, a todo lo que brinda la novedad de Dios.
ANTE UNA OPCIÓN PERSONAL
Esto no es fácil, esto exige una réplica, una opción, un modo de vida… y cada uno tenemos la nuestra en particular.
También Jesús da su respuesta en un momento concreto de su vida. Nada ni nadie lo detendrá. Llegará hasta el final con todas sus consecuencias. Pero, en este camino emprendido, tiene una cita ineludible:
- Su destino: El desierto lugar de encuentro consigo mismo y con Dios.
- Su compañía: Las fieras del entorno.
- Su realidad: la soledad y la precariedad.
Y todo esto dando paso a la Cuaresmatiempo fuerte de encuentro, conversión y renovación.
Cada uno de nosotros, nos hacemos conscientes de esa cita, en un momento concreto de la vida. Y desde él, tenemos que tomar esa opción seria, que se nos reclama, delante del Señor. También a ti y a mí nos ha llegado la hora.
Pero la respuesta es algo personal que nadie puede dar por nosotros. Hay momentos en los que Dios y la persona se encuentran cara a cara, sin intermediarios. Hay momentos en los que están frente a frente, la misericordia de Dios y nuestra limitación humana y uno de esos momentos está en el tiempo de Cuaresma.
No lo pienses, aprovéchalo. Échate en los brazos del Padre y dile: He decidido cambiar, he decidido vivir el plan de vida que, Tú trazaste, para mí desde la eternidad. He decidido seguirte donde quiera que vayas.
LAS TENTACIONES DE CADA DÍA
“Dijo Jesús a sus discípulos: Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Además, si Dios fuera vuestro padre me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Sabed que no he venido por mi cuenta, sino porque él me envió.” (Juan 8, 31 – 42)
EMPUJADO POR EL ESPÍRITU
Nos dice el evangelio que Jesús, en este momento concreto de su vida”es empujado al desierto por el Espíritu” Allí se dejó tentar por Satanás, viviendo entre alimañas; pero los ángeles le servían”.
Uno de los planteamientos de esta cuaresma debería ser este ¿Creo que puedo seguir a Jesús por caminos distintos a los suyos? Sin embargo parece una osadía hablar al mundo de hoy de soledad y tentaciones.
El hombre de hoy no quiere desierto, quiere ruido, marcha, confort, primeras marcas, ser servido, adorado…
El hombre de hoy huye de las tentaciones. No quiere ser probado, no quiere sufrir. No se da cuenta de que su primera tentación, por la que más sufre, es por querer vivir en la opulencia, por su comodidad, por su falta de exigencia, por querer dominarlo todo desde su “trono”. Quiere asegurarse la abundancia de bienes, el poder comprado a cualquier precio, un estatus que lo ponga por encima de los demás sin cuestionarse la forma para llegar a ello.
“Ese es tu problema”, oímos decir a gritos sin el menor reparo. Y se lo oímos decir a dos esposos que se han prometido fidelidad. Lo dicen unos padres a sus hijos, a los que un día regalaron su vida, unos hijos a sus padres que lo dieron todo por ellos, unos amigos, que en un momento de su vida creyeron en la amistad. Lo dicen los miembros de un grupo de iglesia que fueron buscando la forma de seguir a Jesús… Pero en el momento que nos ha tocado vivir, esto queda bien. Nosotros vivimos en un mundo civilizado, no en medio de un desierto entre alimañas, como Jesús, durante cuarenta días.
Nosotros hemos crecido en el progreso. Esos que encontramos caídos, ahogados, sin comida, sin hogar… esos son los que no han sabido progresar, no han sabido “buscarse la vida”, no han sabido mezclarse con la “gente bien” para triunfar. Pero… allá ellos, nosotros bastante tenemos con lo nuestro.
¿Todavía sigues creyendo que no necesitas pasar por el desierto? ¿Todavía crees que las tentaciones son algo pasado de moda? ¿Todavía sigues pensando que esto no es para ti?
Entra en tu interior, en tu desierto, donde se callan los ruidos, los egoísmos, la prepotencia. Allí donde todo es soledad, allí donde la carencia de cosas atractivas te invita a reflexionar en serio.
Reconoce con sencillez tus fallos, tus deficiencias. Trata de cuestionarte, sal de la comodidad, y entra en la exigencia. Esa exigencia que está muy lejos de aplastar al ser humano. Esa exigencia que regenera, que construye, que ayuda a caminar.
Déjate, también, cuestionar por los demás. Ya sé que duele, que es difícil, pero todo lo que merece la pena cuesta esfuerzo. Cuando digan de ti cosas negativas, cuando te exijan lo que a veces crees que no puedes dar, humíllate, pide fuerzas y da gracias porque eso es inmensamente rico para ti. Ten la seguridad de que ese momento es especial; el Señor te llevará en sus brazos para que no desfallezcas. Y, como, Jesús en el desierto te mandará a sus ángeles para ayudarte a crecer y a madurar en medio de lo que a ti te parecía negativo.
“Lavaos, limpiaos, quitad de ante mis ojos la iniquidad de vuestras acciones. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad lo que es justo, pedid perdón a quien habéis ofendido, haced justicia al huérfano y amparad a la viuda” (Isaías 1, 16 -18)
por Admin-Web-QC | Feb 22, 2011 | Montañeros NZRT
9ª Marcha: Cerro de la Carrasqueta – 5 de Marzo 2011- (1649 m.)
Camino al embalse de La Jarosa (pueblo de Guadarrama) (unos 48 km.)
COMO IR:
1.- Nacional A-6
2.- Salida 42 hacia Guadarrama- Alto de los Leones (o Alto del León, o Alto de Guadarrama) siguiendo la antigua carretera N-VI.
2a.- Si te pasas se coge la siguiente salida hacia Guadarrama (Escorial- Guadarrama) y en la rotonda del pueblo se empalma con el anterior itinerario
3.- Se traviesa todo el pueblo de Guadarrama siguiendo la calle que es la N-VI
4.- Se deja a la derecha la carretera que va a Cercedilla y a los 300 metros se coge la primera calle a la izquierda (Avda,. de la Serrana –no lo pone al
principio sino al final) y se sigue hasta el final.
5.- Se tuerce a la derecha y se sigue hacia arriba por esa calle. Se pasa por debajo de la autopista y se sigue casi hasta el final. Se ve ya la presa.
6.- Se tuerce a la derecha y pasando por debajo del muro de la presa se va a rodear esta y el embalse completamente, hasta llegar a un área de
merenderos. El primero no nos interesa y seguiremos hasta el último que se llama “El Cordobés”.
7.- Aparcar allí por donde se pueda. Si siguiéramos la carretera que traemos, muy cerca del Quiosco esta ya la barrera que corta el paso.
8.- En esa zona nos juntaremos y emprenderemos nuestra marcha a las 10 horas.
Subida al Cerro de la Carrasqueta (1.649 m.)
Salida 10:00 h..- Embalse de la Jarosa (1.107 m.)
Desnivel: 500 metros (Un poco menos que a Peñalara)
Distancia a recorrer ida y vuelta: 4 km.
Regreso: hacia las 5 de la tarde
Material: Botas, ropa de abrigo, chubasquero, gorro, guantes, comida y agua (¿primáticos?)
Descripción: Marcha muy corta pero con tramos de fuerte pendiente en repechos enlazados por camino de montaña. Lo tomaremos con calma pues tenemos mucho tiempo y haremos las paradas necesarias
Usaremos la experiencia de Peñalara para calcular el esfuerzo y el descanso.
Las vistas no defraudan; son impresionantes. Veremos el Valle de los Caídos a nuestros pies.
Nota.- En el pueblo de Guadarrama cualquiera os informa sobre la Jarosa y allí es sencillo encontrar el quiosco. Lo más fácil para indicaros es el itinerario que os he dibujado en el mapa y explicado más arriba. Desde el pueblo hay otros atajos por calles para llegar a la carretera de la Jarosa. En caso de pérdida mi móvil es el 628 879 000 y el de J.L.Blanco 609 345 865
Vicente Pascual S.J.
por Admin-Web-QC | Feb 6, 2011 | Rincón de Julia
Por Julia Merodio
No podía faltar en nuestra página Web, un tema dedicado a Manos Unidas ya que, su presidenta Myriam García Abrisqueta, pertenece a nuestra Comunidad.
Lo que guardé no me sirve,
lo mío, ya lo perdí,
sólo tengo: lo que di.
A nadie le resulta complicado entender que, la vida se compone de DAR y RECIBIR: lo que quizá nos parezca más novedoso es realizarlo tomando conciencia de lo que hacemos.
Por eso, hoy, quiero que nos paremos a pensar sobre esta realidad. Sin embargo antes de empezar a profundizar el tema, quiero que nos situemos en este momento especial que nos brinda la Iglesia, me refiero a la Campaña contra el Hambre, porque es el mejor ejemplo donde podemos plasmar lo que suponer -dar y recibir-
Sé bien que, somos muchos los que estamos sensibilizados con esta realidad, que somos generosos, que ayudamos con nuestro donativo y que deseamos un mundo más justo y fraterno. Pero ¿a este simple hecho vamos a reducir lo que debe de ser para nosotros dar y recibir?
Lo primero que hemos de tener claro es, que para compartir se necesitan, al menos dos personas: la que da y la que recibe.
– ¿En qué lugar nos encontramos nosotros?
– ¿Somos más dados a dar o a recibir?
DAR
Cuando se requiere de nosotros alguna ayuda, la mayoría de la gente trata de implicarse, siempre que no le lleve un gran esfuerzo, pero cuando la ayuda se precisa en el ámbito eclesial la cosa cambia radicalmente.
Unos más y otros menos, todos oímos con frecuencia esta expresión: “Ya están pidiendo, los curas no saben hacer otra cosa” ¿No será que esta manera de defendernos implica el quitarnos de encima la responsabilidad?
DAR, es algo más, hondo, más, largo, más ancho y más profundo de lo que queremos reflejar.
Por eso sería bueno empezar examinándonos:
- ¿Soy persona generosa?
- ¿Por qué doy?
- ¿Qué doy?
- ¿A quien doy?
- ¿Para que doy?
Si somos sinceros con nosotros mismos nos damos cuenta de que, no siempre damos con generosidad, no siempre damos a los más necesitados, no siempre damos de manera gratuita… normalmente cuando damos esperamos que nos lo agradezcan; que nos recompensen; que, al menos, se note que hemos obrado bien y, si no lo hacen, nos sentimos decepcionados ¡Para esto me he molestado! ¡Vaya desagradecidos!
Pero ¿qué damos? Quizá, lo que más fácil resulta, es dar algo de dinero y quitarnos de encima el problema, pero el dar solamente será para mí una realidad cuando tenga en cuenta a los destinatarios.
Haz silencio y observa cuánta gente, quizá muy cercana a ti se habrá preguntado alguna vez:
– ¿Dónde estabas cuando yo sufría?
– ¿Dónde estabas cuando pasaba hambre? No sólo hambre de pan, sino hambre de cercanía, de escucha, de acogida, de amor…
– ¿Dónde estabas cuando te hablé y me negaste la palabra?
– ¿Dónde estabas…?
No se trata, por tanto, de saciar solamente el hambre física y cubrir el cuerpo con una ropa, se trata de dar alimento, cultura, valores… se trata de dar lo esencial, lo de dentro, lo que no puede cambiar…
Pero todavía hemos de dar un paso más. Y este paso consiste en el acercamiento a la persona.
¿Por qué huimos de los que no nos gustan, de los que no son como nosotros, de los que nos resultan incómodos, de los que tienen otra forma de pensar…? ¿Por qué nos atrevemos a hablar, ligeramente, de ellos, a juzgarlos si, ni si quiera los hemos escuchado?
Cuando ahondemos en esta situación caeremos en la cuenta de que, no sólo se trata de dar cosas, sino de danos nosotros. Podemos ayudar, con generosidad a Cáritas, a una ONG, a los mismos pobres y eso es perfecto, pero no se nos ha ocurrido pensar que, quizá se estén muriendo de inanición los que viven a nuestro lado porque carecen de: cariño, de atenciones, de escucha, de ser tenidos en cuenta…
Por tanto será momento de pensar: qué doy ¿Lo que me sobra? Es cierto que, por poco que sea, a alguien le vendrá bien pero recordemos que, la misma Palabra de Dios, nos lo muestra: “El que siembra tacañamente, tacañamente recogerá” ¿Tanto nos cuesta ofrecer: una mirada, un abrazo, un rato de conversación, una simple llamada de teléfono…?
Sin embargo hemos comprobado que: Cuánto más damos más satisfechos nos sentimos. Y es que cuando se da algo, pronto o tarde, repercutirá en bien nuestro. ¡Qué fácil sería todo si lo entendiéramos así!
Por tanto, si damos respeto y cuidado a todo lo que hemos recibido de Dios, todo nos responderá gratamente. Mas, si por el contrario creamos situaciones incómodas, cada vez serán más insostenibles.
Pues vivir ofreciendo lo que tenemos es:
- Crear.
- Potenciar.
- Alegrar.
- Es hacer un mundo más justo, más humano…
- Es afirmar que, todos somos hijos de un mismo Padre: DIOS.
RECIBIR.- Todo te ha sido dado ¿De qué te glorías?
Todos sabemos que recibir no siempre resulta fácil. Tenemos muy metido en la mente que cuando te dan algo, es para pedirte otra cosa mayor. Incluso encontramos mucha gente que no permite coger nada de lo que se le ofrece porque se sienten inferiores. Aunque les llegue un mal momento no son capaces de pedir, de acoger una oferta y, lo están pasando fatal pero quieren sentirse suficientes y no son capaces de dejarse ayudar.
Es que, para recibir hay que abrirse para acoger, se corren riesgos, llega el miedo a que te desinstalen, te incomoden. Llega el miedo a que quieran cambiar tu manera de vivir. Porque sabemos bien, que para recibir hay que abandonarse en manos de otro, hay que dejarse amar… y eso, no es fácil.
Todos estamos abiertos a recibir una buena noticia, una herencia, un premio… algo que cambie nuestra vida de forma substancial; pero ponernos la ropa de otro, comernos un bocadillo de alguien que no conocemos… eso ya es otra cosa.
Tampoco nos importa recibir un halago, un regalo, un elogio… pero un reproche, una corrección, una limosna en céntimos y, a veces tirada a distancia, consideramos que, eso, degrada bastante.
Es la realidad del mundo de hoy. Cuando vemos a alguien que pide medimos si debemos de darle o no, pero no medimos la humildad que requiere el recibir.
Y es que no nos lo ponen fácil. Llama alguien a tu puerta regalándote cualquier cosa y cierras enseguida. Seguro que viene a venderme algo –es lo mejor que piensas- así cuando el que llama a tu puerta es Dios también cierras por lo que pueda pasar.
Dios nos ofrece, cada momento, sus dones pero no nos atrevemos a cogerlos porque creemos que Dios, al igual que nosotros, los da a cambio de… y Dios no espera nada a cambio. Dios da y basta.
Creo que este sería un momento precioso para pararnos a pensar que Dios es gratuidad, regalo, don, gracia…: que Dios es amor ofrecido, donación total.
VUESTRA RECOMPENSA SERÁ GRANDE
¡Cuántos pasajes encontramos en el evangelio en los que Jesús nos habla de recompensa!
Pero yo creo que seríamos injustos si solamente diésemos esperando ser recompensados. Creo que lo importante es responder, como es debido a tantos dones recibidos.
Para ello, haremos silencio y observaremos, todo lo que el Señor nos ha dado en cada momento y la manera que hemos tenido de recibido. Porque el dar y el recibir fluyen de manera cíclica.
Cuando damos a los demás, sin darnos cuenta, nos estamos dando grandeza a nosotros mismos y cuando recibimos de ellos, les estamos regalando nuestra acogida, nuestro desinterés y nuestra apertura.
Además hay cosas que, al darlas, no disminuyen si no que aumentan. Son las generosidades de la persona: al amor, la amistad, la bondad, la luz… y, además, engrandecen al recibirlas.
No esperes a que los demás te den para luego dar tú, no esperes a ver como acogen lo recibido, para hacer tú lo mismo. Normalmente, todos esperamos a que nos amen antes de amar nosotros; pero ¿Acaso empiezas a bailar antes de que suene la canción?
QUIERO RECORDAR
No puedo terminar el tema sin detenerme a significar que el día 11 de Febrero es la Virgen de Lourdes y el Día del Enfermo. Porque todo ello nos grita lo bien que enlazan las cosas de Dios.
¿Quién más dado a dar y recibir que un enfermo? Un enfermo es un ser desvalido que depende de los demás. La enfermedad es la mayor pobreza. Hemos de tener una simple gripe y estamos a expensas de los médicos, del tratamiento, de la evolución de la enfermedad. Perdemos todas las seguridades a las que estábamos tan atados. Ya no tenemos reparo en abrir la boca para pedir, ni extender la mano para recibir, vivimos con el corazón expectante.
Pero el enfermo también da. El enfermo da mucho. Da una perspectiva nueva de vida.
- Da agradecimiento.
- Da acogida.
- Da esperanza.
- Da humildad…
¡Puede dar tanto un enfermo!
Por eso han elegido, como día del enfermo, el día de la Virgen de Lourdes, porque sólo la Madre es capaz de acoger, sin cansarse, a un hijo necesitado.
Ahora sí, ahora creo que, después de haber orado esta realidad, me esforzaré por vivir: con las puertas abiertas, las manos tendidas y el corazón disponible; recordando en todo momento las palabras de Mateo, 5:
“Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti algo prestado, no se lo niegues”
por Admin-Web-QC | Ene 30, 2011 | Rincón de Julia
Por Julia Merodio
Año tras año celebramos el día 2 de febrero la fiesta de la Presentación del Señor; fiesta muy querida por todos, en tiempos cercanos a los nuestros, pero que ha ido perdiendo fuerza debido a que es un día laboral y la gente tiene que trabajar.
Pero creo que no podemos perder algo tan cercano y significativo; por eso, ya que somos una comunidad de matrimonios y creemos en la familia, me ha parecido oportuno, darle una relevancia especial y dotarla del esplendor que merece, ya que está implicada en nuestra realidad.
LUCIENDO COMO ANTORCHAS
Cuando perdamos el miedo a dejarnos encender, como verdaderas antorchas, la luz de nuestro testimonio iluminará los ojos de las personas que están a nuestro lado y gracias a ello podrán ver la salvación que Dios ha venido a traernos.
En la fila se encontraban, unos jóvenes esposos, con un niño en brazos y una ofrenda, para entregar en el Templo, como mandaba la tradición.
A su lado pasa mucha gente, que en un día tan señalado, han llegado al templo para hacer su oración. Sin embargo nadie ha sido capaz de ver que, en aquella fila, esperaba el Señor para ser presentado en el templo con una humanidad como la nuestra.
Nadie fue capaz de ver que Dios sigue cumpliendo su promesa. Y el mismo Jesús, nacido en Belén que se hizo Palabra, Luz, Comunicación… quiere, de nuevo, iluminar a “los que vivimos en tinieblas y sombras de muerte”. Quiere que lo antiguo se haga nuevo. Quiere habitar en nuestros corazones en Espíritu y verdad.
Porque Jesús fue presentado en el templo para cumplir la Ley, pero sobre todo para encontrarse con el pueblo creyente.
Y allí estaba el anciano Simeón que impulsado por el Espíritu Santo reconoció al Señor y lo proclamó con alegría.
Eso es lo que vamos a hacer nosotros en este día, ir al encuentro con Cristo, reconocerlo como Luz y llevar su resplandor a nuestro entorno.
“Mirad, yo os envío mi mensajero, para que prepare el camino ante mí.
Entrará en el santuario, el Señor, a quien vosotros buscáis. ¡Miradlo entrar!
¿Quién podrá resistir el día de su venida?
¿Quién quedará de pie cuando aparezca?
Será como fuego de fundidor, como lejía de lavandero y hará presentar al Señor, la ofrenda, como es debido”
(Malaquías 3, 1 – 4)
SE TRATA DE ILUMINAR
Me gusta que a la fiesta, de la Presentación de Jesús en el Templo, se le llame: el día de las Candelas o la Candelaria. Y me gusta porque la candela se puede encender e iluminar con ella toda la estancia. ¡Tiene que ser, verdaderamente, triste vivir a oscuras, con la luz apagada y sin ver por donde caminar!
Pero es, todavía más triste detectar que, esta escena sigue siendo hoy realidad, en un mundo donde precisamente la luz es la reina de la vida cotidiana y la encargada de dar los mensajes más atractivos.
Sin embargo la luz de Dios, es otra cosa, parece que nos molesta, es una luz tan nítida y potente que al reflejarse en nosotros deja al descubierto demasiadas pobrezas y preferimos apagarla, preferimos taparla para no encontrarnos con nuestra realidad.
Aunque mirándolo bien, nos damos cuenta de que Dios tampoco nos lo pone demasiado fácil. Si se presentase ante nosotros con más claridad, con un ropaje más adecuado… pues quizá nos hiciese caer en la cuenta de que es Él, pero se pone en sitios tan vulgares que es imposible reconocerlo.
¿Acaso se le puede ocurrir a alguien que Dios pueda estar en la fila del paro,
— o pidiendo limosna en la puerta de una Iglesia,
— o tirado en la calle con señales de muerte,
— o temblando de frío en aquella chabola,
— o muriendo de sida abandonado y solo…?
En cambio, si nos preguntasen si queríamos verlo, todos confirmaríamos nuestro deseo de ver al Señor, por eso me conmueve observar que tan sólo, Simeón, un anciano que ya no podía con su alma, un anciano que estaba punto de decir adiós a la vida, fuese el único que lo reconociera en aquella fila mezclado con el resto de la gente que llenaba el templo.
Pero no fue casualidad, al anciano Simeón vio al Señor porque estaba preparado. Había vivido una entrega incondicional a Dios y cuando aquel joven matrimonio pone a Jesús en sus brazos llega a sus ojos, despiertos, tal destello de luz, que ante el asombro de María y José, declara a gritos que es “luz de la naciones y gloria para su pueblo Israel…”
“Cuando entraban con el niño Jesús sus padres, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo:
Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador.
(Lucas 2, 30 – 35)
ANTE NUESTRA HISTORIA PERSONAL
Nosotros, sin embargo, arrastramos una vida trivial, fruto de la historia que nos condiciona. Acumulamos jornadas de esfuerzo y trabajo, de luces y sombras, de errores y fracasos, de incoherencias y olvidos del Señor. Una historia de experiencia del bien y del mal, de dolor y de lágrimas, de ruido y despilfarro… Y hemos de reconocer que en medio de tanto ajetreo, en medio de tantas circunstancias adversas nos resulta imposible ver al Señor.
Aunque es verdad que en el olvido de la gente y en el desgaste de nuestro caminar ha habido veces en que hemos reconocido el Rostro desfigurado de Cristo y nuestro corazón se ha conmovido, y aún en medio de tanta oscuridad, hemos sido capaces de ver centellear una luz distinta a las que habíamos conocido hasta ahora.
Y hemos sido capaces de ver con nitidez que, aunque la historia de los hombres se va separando cada vez más de la historia de Dios, Él sigue en cada fila, en cada dolor, en cada acontecimiento poniéndose delante del hombre para mostrarle su cercanía y su resplandor.
Mas a nosotros eso no nos interesa demasiado preferimos ser señores de nuestra propia historia y si nos dejan, incluso de la historia de Dios.
Por eso conmueve observar que, a pesar de nuestro egoísmo y prepotencia Dios no nos abandona y sigue esperando pacientemente, la hora en que la vida del hombre y la suya se encuentren para no separarse jamás.
Esta es la realidad que encontramos plasmada en esta fiesta, en la que celebramos el encuentro de dos historias distintas, en el signo evidente que nos ofrecen Simeón y el niño Jesús. La humanidad ansiando un Salvador y Dios saliendo al encuentro del hombre para hacer su deseo realidad. Simeón hombre de remarcada piedad, cargado con una historia antigua sobre sus espaldas se retira para dar el relevo a Jesús que llega, a sorprendernos, con la novedad del Reino, invitándome a ser luz.
Pero sé muy bien que nosotros somos astros opacos que solamente daremos la luz que recibamos de Él, por eso nuestra luz será más potente, en tanto en cuanto, seamos capaces de acercarnos a ese Dios de la Vida, Luz de las naciones.
No dudes en llegar a la oración día tras día a encender tu luz. Si eres fiel y constante en ello Dios te hará brillar de tal forma que tu luz la verán los demás por donde quiera que vayas
Y esa luz que vivirá en nosotros irá destruyendo la oscuridad de la duda, de la incertidumbre, de la apatía… y será como un amanecer porque la Luz del Señor resplandecerá a raudales.
“¡Portones, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria!
¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, Dios de los Ejércitos: Él es el Rey de la gloria.
(Salmo 23, 7 – 10)
¡ENCENDED LA VELA!
Y aquí estamos ante esta nueva oportunidad, pidiéndole a Dios fuerza para hacer lo que hasta ahora no hicimos, para conquistar lo que parecía inconquistable, para alcanzar la alegría de buscar lo nuevo y recuperar lo mejor de la vida
Estamos aquí para sentir, como María y José la admiración de algo que no entendemos demasiado, pero escucharemos el mensaje y lo guardaremos en nuestro corazón.
Ahora para terminar os animo a todos, en especial a los matrimonios que encendáis una vela –la vuestra-, que la hagáis lucir un rato delante de Dios, Luz de las naciones y que la guardéis como algo preciado.
Después tener esto muy en cuenta:
Ya tenéis la vela que ha lucido ante el Señor. Ella quiere alertaros de que tenéis que ser luz para vuestros hijos y para todos los demás.
Ponedla en vuestra casa en un sitio visible. Os daréis cuenta de que es una cosa humilde y no tiene belleza, por lo que pasará desapercibida para cuantos la vean, pero allí permanecerá.
Cuando la luz del sol luzca, en vuestra vida, no necesitaréis encenderla, pero allí seguirá gritándoos en silencio vuestro compromiso.
Mas:
- El día en que el sol se esconda y la oscuridad empiece a entrar por los rincones de vuestra relación ¡encendedla!
- Cuando el cansancio os traicione y no logréis poneos de acuerdo ¡encendedla!
- Ese día en que os cuesta tanto perdonar, ceder, dar el primer paso ¡encendedla!
- Ese otro día en que se apodere la rutina y el cansancio ¡encendedla!
- Ese día en que os cueste unir vuestras manos, miraos a los ojos y decir ¡te quiero! ¡Encendedla!
- Ella os recordará que la cera y le mecha no pueden lucir por separado, han de estar juntas para poder encenderse y dar luz. Y que vosotros, si no estáis fundidos en uno en el otro y los dos en Dios, seréis dos seres apagados que quieran o no vivirán en tinieblas y vuestros hijos serán los primeros en saborear la oscuridad.
por Admin-Web-QC | Ene 16, 2011 | Montañeros NZRT
8ª marcha Montañeros Nazaret: A la sierra de La Cabrera
Día: 5 de febrero 2011
Salida: 9:30 del campo de fútbol de Valdemanco (1127 m.).
Duración: 4-5 horas (no más de 7 kilómetros)
Opcional: Subida al Cancho Gordo (1564 m.) (impresionantes vistas)
Llegada a Madrid: sobre las 6 de la tarde
Material: Botas, comida, agua, ropa de abrigo, chubasquero, gorro, guantes
Desnivel máximo:
437 metros
Descripción de la ruta: Preciosa marcha circular atravesando la sierra de La Cabrera. Salida de Valdemanco (1127 m.) a coger el PR en dirección al Pico de la Miel para desviarnos después hacia el Convento de San Antonio (a 3 km. de la salida). Desde allí iniciaremos la subida al Callejón Arroyo Alfrecho que haremos en hora y cuarto con magníficas vistas. Desde este collado o callejón los que quieran pueden ascender al Cancho Gordo en 35 minutos o empezar la bajada hacia Valdemanco por el PR que está bien señalizado (una hora de bajada).
Cómo llegar a Valdemanco que está a 5 km del pueblo de La Cabrera y a 62 km de Madrid:
Salir de Madrid por la carretera de Burgos la N-I y tomar la salida 57 que nos lleva a La Cabrera, Valdemanco, Bustarviejo y por la derecha a Torrelaguna.
En la gasolinera (donde se puede comprar pan) torcer a la izquierda cogiendo la
M-610 en dirección a Valdemanco y Bustarviejo.
En 5 kilómetros llegamos a Valdemanco donde veremos un monumento a la entrada del pueblo junto a la carretera. Allí torceremos a la derecha para por empinadas calles subir a la parte alta del pueblo donde está el campo de fútbol (calle de la Maleza, a unos 300 metros de la carretera). Allí se puede aparcar y coger agua de una fuente. En el monumento se puede preguntar por el campo de fútbol que queda cerca.
De Madrid a Valdemanco son 50 minutos en coche o menos.
Algunos enlaces interesantes:
http://madrid.ludicum.com/actividad/ruta-por-la-sierra-de-la-cabrera-26-12-2010
http://www.tierradefuego.es/Sierra-de-la-Cabrera.html
http://juangu.blogspot.com/2006/03/la-sierra-de-la-cabrera.html
http://www.andarines.com/madrid/cabrera/sierracabera.htm
http://www.ponteenmarcha.es/actividad/0066/ruta-por-la-sierra-de-la-cabrera-senderismo
Próxima marcha: 5 de marzo al cerro de la Carrasqueta desde embalse de la Jarosa
por Admin-Web-QC | Ene 4, 2011 | Rincón de Julia
A MI, TAMBIÉN, ME BAUTIZARON
Por Julia Merodio
Al ponerme, ante el Señor, para madurar la oración que quiero compartir con vosotros, una mezcla de sentimientos encontrados llegan a mi mente y me sitúan ante la diversidad de actitudes con las que podemos encontrarnos al entrar en una fuerza tan sorprendente como es recibir un sacramento
UN MOMENTO PARA RECORDAR
Si de lo que vamos a tratar es de un Sacramento, me parece que sería bueno recordar:
¿Qué es un sacramento? Un Sacramento, todos lo sabemos, es un signo y como signo, que es, ha de enviar un mensaje con sólo su presencia.
No tenemos que esforzarnos para comprobar infinidad de signos enviándonos mensaje sin parar. Subimos en el ascensor y elegimos, a qué piso vamos, con sólo marcar un número, en el cuadro que los muestra. Salimos a la calle y un semáforo nos dice si podemos cruzar o no. Miramos a un lado y un termómetro nos muestra la temperatura. Con sólo esperar un instante nos dice la hora que es. Giramos la cabeza y el logotipo de la farmacia nos alerta si está o no de guardia… Pero todos tienen algo en común. Para ser signos, para mandarnos un mensaje han de estar conectados a la corriente eléctrica, sin la luz no pasarían de ser meros instrumentos de hierro o plástico que, casi, estorbarían; pero nadie podría arrancarlos y echarlos al contenedor, allí seguirían inmóviles recordando lo que fueron.
Eso mismo pasa con los sacramentos. Si queremos que sean “signo visible” que manden un mensaje a los demás tendremos que estar conectados a la corriente “Cristo” y cuando estemos iluminados con su luz gritaremos en silencio, a todos, la Buena Noticia del Evangelio.
“Yo os bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego” (Lucas 3, 15 –16)
QUEREMOS BAUTIZAR A NUESTRO HIJO
El bautismopuede recibirlo todo ser humano y aunque, en el momento actual, parece que el hombre está alejado de Dios, el número de bautismos es muy elevado.
Salvo raras excepciones todos estamos bautizados. A mí me bautizaron a los dos días de nacer. Era lo habitual, los niños recibían el agua bautismal lo antes posible. Una mezcla, de miedo a que pudiesen morir y a las habladurías del vecino, lo hacía posible.
Más tarde empezó una corriente que decía que había que dejar a los niños crecer sin bautizarse y que ellos eligieran al hacerse adultos. Yo creo que esto tuvo poca fuerza; es sorprendente que, incluso parejas que no han recibido el sacramento del matrimonio elijan bautizar a sus hijos. Eso sí buscan una parroquia donde no exijan preparación o ésta sea muy corta, ya que para ellos el bautismo no va, mucho más allá, que la simple ceremonia y la consiguiente fiesta. Pero sea como sea, yo creo que el número de bautismos en nuestro país es alto, aunque bajen estrepitosamente los números, cuando se trata de vivir cono bautizados.
Es fácil demostrar este comportamiento; no tenemos nada más que fijarnos en las contestaciones que se dan a las encuestas que hacen los reporteros y que nos presentan con la mayor normalidad:
– Yo estoy bautizado. Y soy creyente pero no practicante.
– Yo estoy bautizado; pero tengo una fe “a mi manera”.
– Yo, también estoy bautizado y creo en mis santos, pero no creo ni en la Iglesia, ni en los curas.
– Fíjate, para que comulgue mi hijo, para que se confirme, para que se case, me han pedido la partida de bautismo, desde luego hay que ver las cosas tan raras que piden estos curas, luego quieren que vayamos a la Iglesia.
Pero eso sí, va por delante lo de estar bautizado, aunque se huya de vivir como tal. ¡Y es que nos pesan, demasiado, las responsabilidades!
Ahora, yo me pregunto ¿acaso compramos un aparato, de cualquier tipo, sin leer las instrucciones? Y es lógico que nos aseguremos de lo que hemos comprado ya que los engaños están a la orden del día.
Sin embargo, las cosas de Dios son distintas. ¿Para qué quiero saber yo a lo que me comprometo al optar por ellas? Yo estoy apuntado al “cumplo-y-miento”. “Sí pero no”. Bueno, si no hay más remedio… Quizá saque tiempo… Puede que me apetezca…
Vamos a ser serios. Si hay algo importante en nuestra vida son las cosas de Dios y Él nunca nos obliga a realizarlas, por tanto tendremos que tener un gran respeto a sus exigencias, cuando somos nosotros los que las elegimos desde la libertad más absoluta.
Al elegir, los padres, el sacramento del Bautismo para sus hijos se supone: primero que son cristianos y segundo que quieren comprometerse en la misión de, alimentar a sus hijos, en esa vida que Dios les ha confiado. Pues lo sepamos a no, en el momento de recibir el agua bautismal y por pura gratuidad se nos está regalando la gracia de la salvación.
“Jesús fue desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.
Juan intentaba disuadirlo diciéndole: Soy yo el que necesita que tú me bautices, ¿y Tú acudes a mí?
(Mateo 3, 13 – 15)
RENOVANDO UN COMPROMISO
No podemos dejar que se apague la luz de nuestro bautismo. Tenemos que renovar el compromiso cuando estamos capacitados para poder optar por ello. Así suelen renovarlo los niños al hacer la primera comunión y así tendríamos que renovarlo cada uno al rezar el credo en cada Eucaristía. Tendríamos que quedar admirados de la dicha que poseemos y sin embargo ¿cuántas veces nos paramos a pensar lo que significa, para cada uno de nosotros, el haber recibido el Sacramento del Bautismo?
Por eso, hoy, os invito a hacerlo en el silencio de la oración.
“Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre Él”
(Mateo 3, 15 – 17)
EL BAUTISMO
Recibir el Bautismo lleva consigo:
- Sumergirnos en Cristo.
- Participar de su misión.
- Renacer por medio del Agua y del Espíritu.
Sumergirnos en Cristo.-
El bautismo optado, en adulto, es como entrar en el Jordán, enterrar nuestro pecado y salir renovados.
En el origen no estaba el pecado original. Estaba el sueño amoroso de Dios: el amor, la vida, la plenitud… En el plan de Dios no estaba el pecado.
Por eso no podemos anclarnos en la negatividad. Somos criaturas amadas y queridas por Dios.
Esto no puede taparnos el saber, que estamos situados en un mundo donde hay lados oscuros y esos lados oscuros se sitúan, muchas veces, dentro de nosotros, dentro de cada uno en particular. Por tanto tengo que ser conciente de que existe pecado dentro y fuera de mi.
Nadie puede dudarlo. Esta sociedad marginada, que necesita nuestra atención, nos está enseñando el pecado del mundo. Pero hay pecado, también en nuestro interior. No podemos echar la culpa a los demás de que en el mundo haya guerra, racismo, sida, pornografía, esclavitud… Todos somos culpables cuando actuamos fríamente y pasamos de largo como si ello no fuese con nosotros.
Por eso hoy, vamos a dejar de nuevo que el agua de nuestro Bautismo lave nuestro corazón. Vamos a darnos cuenta de que Dios nos brinda, una vez más, la misericordia regeneradora y el perdón.
Vamos a vernos limitados, frágiles, irresponsables…vamos a confesar nuestros fallos y vamos a sumergirnos en nuestro Jordán “Cristo” para que Él nos limpie y nos regenere.
Pues sólo el Señor puede convertirnos en portadores de misericordia. Sólo su gracia puede desterrar nuestras murallas, de desaciertos, para que pueda entrar la luz. Sólo su bondad es capaz de hacer que nos dejemos abrazar por el Padre y sepamos, de verdad, quien es Dios.
Participar de su misión.-
Jesús llega a bautizarse al Jordán, porque tiene clara su misión. Él ha venido a cumplir la voluntad del Padre y la llevará a cabo hasta el final. Pero Jesús necesita seguidores, necesita a las personas. Él no es solitario ni, mucho menos, egocéntrico. Él es don, salido de sí, entregado sin límites por amor a todos los hombres.
Jesús se ha fijado en cada uno de nosotros. Somos protagonistas de la obra de la salvación.
Hemos elegido libremente ser cristianos e implicarnos en su misión. Y aquí está la realidad; Él nos ha hecho una oferta y nosotros hemos respondido desde la libertad más absoluta; debe de ser grandiosa la dimensión que tiene el testimonio de quien está dispuesto a dar razón de la fe y de la esperanza en medio del mundo.
Pues, si nosotros queremos ser uno de ellos, trataremos de poseer de verdad el espíritu de Cristo, que recibimos el día de nuestro bautismo y dejaremos que se encarne en nuestro interior; porque, cuando esto suceda, mostraremos a Dios con nuestra vida, en ese proceso transformador que hace grande a la persona. Y nos sentiremos con fuerza para cumplir la misión encomendada, porque nuestra respuesta se habrá traducido en el reconocimiento de nuestra pequeñez y en el acercamiento a Dios para que nos cambie por dentro, hasta que surja de nuestro interior, el milagro de ver en los demás al mismo Cristo.
No creas que esto no es para ti. Todos tenemos necesidad del bautismo, sin excepción, pues todos formamos un mismo cuerpo y todos tenemos un mismo Señor: Jesucristo.
Pero ser cristiano, estar bautizado, es entrar en un mundo al revés y te verás obligado, cada día, a ir cuestionando situaciones de este mundo donde te desenvuelves; no porque sea malo, al contrario, “el mundo es el lugar donde habita Dios”, sino porque hay muchas zonas, como decía al empezar, donde todavía reina la injusticia, el dinero, el poder, la fama, la impureza. En esas zonas son aplastados los pobres y pequeños y tanta injusticia pudre los corazones.
Por eso este cuestionamiento que hemos hecho nos acercará a Dios, ya que si no, el bautismo no tendrá los frutos deseados; pues no debemos ignorar que, nosotros también somos, en muchas ocasiones, solidarios, con el pecado del mundo.
Tomemos conciencia, seriamente, de que somos enviado a ser luz en medio de esta generación, y aparezcamos ante ella con el estilo de Jesús basado en las Bienaventuranzas. Ya que, seremos luz para los demás, cuando esta realidad ilumine nuestra vida. Piensa que:
No podremos hacer visible la novedad de Dios, si antes no hemos cambiado las profundidades de nuestro corazón.
Renacer por medio del agua y del Espíritu.-
Cuando los hombres pierden la noción de Dios se alejan de la conciencia del pecado y huyen.
Por eso es necesario renacer, dejar a Dios que me revele mi pecado y lavarme con el agua que limpia y regenera.
Al salir del Jordán ya no seguiré los planes de los hombres seguiré los planes de Dios. Me dejaré empapar por su palabra y me dejaré iluminar por su luz. Entonces, seré testigo de los pueblos, cumpliendo su encargo.
Y diré a todos, Escuchad lo que dice el Señor:
“Oíd, sedientos todos, acudid por agua,
también los que no tenéis dinero;
venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde.
Dejaré, también, que el Espíritu de Dios habite en mi alma. Dejémosle obrar a través nuestro. Llevémoslo a los demás con nuestras palabras, olvidemos fórmulas e ideologías y mostremos a la Persona: Jesucristo. Un ser alegre, vivo, lleno de paz, de luz, de sensibilidad… un ser que no ha venido a traer un libro de formulas y recomendaciones, sino un corazón de carne donde habita el amor.
PARA LA ORACIÓN PERSONAL
- ¿Qué significa para mí estar bautizado?
- ¿He encontrado a Cristo en mi realidad de cristiano?
- Después de tantos año de bautizado: ¿Sigue dando, el sacramento, sentido a mi vida?
- ¿Qué zonas existen en mí que, todavía, no he dejado entrar la acción de la gracia?
- ¿He llevado a Cristo a los lugares donde me toca vivir?
- ¿Hago ver, con mi vida, que la salvación que Jesús ha venido a traer ha llegado ya. Que su pan alimenta, su alegría es plena y su evangelio es luz que santifica?
- ¿Aplicamos nuestra vivencia de bautizados a nuestra vida personal, familiar, comunitaria, eclesial…?
- ¿Es Jesús el, agua viva, que sacia nuestra sed de amistad, de comunión y amor?
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