por Admin-Web-QC | Feb 25, 2012 | Rincón de Julia
ATREVÁMONOS A CRUZAR LA PUERTA
Por Julia Merodio
Un año más se abre ante nosotros la puerta que conduce a la Cuaresma y encontrar una puerta abierta, siempre causa curiosidad, dan ganas de asomarse a ver lo que se encierra su interior.
Sin embargo, asomarse a la Cuaresma es más serio, no seduce tanto. Asomarse a la Cuaresma posiblemente nos lleve a descubrir muchas promesas sin cumplir, cantidad de esperanzas perdidas, afluencia de sueños irrealizados… No es extraño, por tanto, que la gente salga huyendo; hoy día nos asusta enormemente la exigencia y el cambio.
Pero, a pesar de todo, os invito a hacer la experiencia, a descubrir lo que encierra este tiempo de gracia, a dejaros acoger por el Señor.
Es asombroso observar que, cuando uno llega a la casa del Padre, normalmente va a reclamar lo suyo, a cogerlo todo y marcharse. Pero, causa todavía más sorpresa el que, ante la extraña propuesta, sólo se escuche el silencio del Padre, porque contrariamente a lo que nosotros esperamos, el Padre siempre calla, simplemente mira sin decir nada, como si estuviese esperando nuestro vil comportamiento.
Sin embargo, su amor marca al sentir su mirada. En el denso silencio, se percibe lo que quiere decirnos y para asombro nuestro, ni una pregunta, ni un reproche; ¡eres libre para tomar tu propia opción!
Su respeto asusta. Muchos se van deprisa cayendo en el fango de su ceguera. Malgastan la vida, asfixian el amor y se quedan hambrientos e insatisfechos.
No se dan cuenta de que, si levantasen los ojos, divisarían la imagen del Padre en la puerta y escucharían la fuerza de su voz que siempre golpea. Notarían latir con fuerza su corazón y sus pasos se dirigirían, sin proponérselo, hacia los brazos del Padre, para decirle:
Padre, aquí vuelvo con el corazón roto y el alma deshecha ¡sé que he pecado, que quise borrar tu huella!
Y sosegadamente, con voz tenue oirían la voz del Padre al decirles:
* No importa hijo entra y déjame que te vea.
Tampoco a nosotros nos haría mal descubrir el Rostro de Dios. Ese Rostro que Jesús nos ha revelado.
Pero no siempre nos gustan los rostros de Dios que salen a nuestro encuentro, a veces ¡son tan distintos a lo que nosotros esperábamos!
De ahí que de nuevo se nos regale un tiempo de gracia. Un tiempo para tratar de descubrir nuestras perplejidades desde la oración, la adoración y el servicio.
Desde la oración.- Porque es expresión de reconocimiento. Dios centro de nuestra vida.
Desde la adoración.- Porque saber adorar es saber agradecer. Dios, dándonos sus dones a manos llenas.
Desde el servicio.- Porque el encuentro con Dios se hace realidad en el servicio a los hermanos. Todos hijos de un mismo Padre.
Es, cuanto menos curioso, que el tiempo de cuaresma se abra siempre con el evangelio de las tentaciones. Pero no hay nada de casual en ello. Todos sabemos que la eterna tentación del ser humano es: “querer ser dioses” y todo lo demás se deriva de ella.
Más ¿Quién nos tienta? ¿Quién nos incita al mal? Aunque nos parezca anticuado y no queramos hablar del maligno, el que incita al mal es él, el diablo.
Ya sé que muchos se reirán de esta afirmación, pero no tenemos nada más que acercarnos a la Palabra de Dios para encontrarlo, y uno de los sitios donde aparece es, en el desierto junto a Jesús.
Pero quizá tampoco tengamos que retroceder tanto, bastaría echar un vistazo a nuestra sociedad para encontrarlo caminando a nuestro lado.
Ante tal realidad es bueno no vivir obsesionados por él, pero tampoco ignorarlo, pues todos tenemos experiencias donde hemos sido tentados. Ya que, aunque el centro de nuestra vida sea Dios no podemos ignorar la astucia, el poder y la complicidad que tiene el maligno en la existencia de todo ser humano, sobre todo si intenta caminar por un sendero de rectitud.
La verdad es que la gracia es infinitamente más fuerte que el mal, pero sería peligroso olvidarnos de él, aunque, a veces, nos cueste aceptarlo.
No tenemos que hacer nada más que, un recorrido por toda la Biblia para encontrarlo:
- En el Paraíso, se nos muestra, en forma de serpiente.
- En el desierto, tentando a Jesús.
- En la oración del huerto, impidiendo a Jesús llegar hasta el final.
- En el ayuno, ofreciendo pan hasta hartarse.
- En la humildad, ofreciendo todos los bienes de la tierra…
Y es que, siempre que se busca de verdad a Dios, allí está su rival para impedirnos llegar. No tenemos nada más que observar nuestro camino, para descubrir la cantidad de veces que nos hemos encontrado “al adversario”. Es más si, no sale a nuestro paso la tentación, deberíamos pensar si ciertamente estamos en el verdadero camino que lleva a Dios.
Pero la tentación en sí no es mala, lo malo es caer en ella. Por eso hemos de tener claro que la mejor manera de vencerla es: dejarse seducir por Cristo.
De ahí la importancia de desierto, de silencio, de retirada, de acallar otras voces, otras sugerencias, para que la Palabra de Dios suene fuerte en nuestro corazón.
Dediquemos tiempo a estar a solas, para oír la llamada del Señor con más nitidez. Vamos a convencernos, de que solamente podremos vencer el mal cuando hayamos reforzado nuestra pertenencia a Cristo.
Como Jesús, dejémonos conducir por el Espíritu, hasta el desierto de nuestra vida. Él nos dará un corazón nuevo e infundirá a nuestro interior un Espíritu renovado.
Ese mismo Espíritu nos conducirá hasta la Pascua, porque sólo Él puede realizar en nosotros, ese paso que nos lleve de lo viejo a lo nuevo, de la muerte a la vida; en una palabra, que nos ayude en el proceso de conversión.
Abramos nuestro corazón al Señor durante este tiempo de gracia, que un año más se nos regala. Es una gran oportunidad para que hagan vida en nosotros, sus frutos de: caridad, gozo, paz, bondad, fe, mansedumbre…. Ellos harán que vayamos creciendo y madurando personal y comunitariamente.
Ya paras terminar, podemos decir al Señor:
Tú eres misericordia y bondad ofrecidas a cada ser humano. Ante tanta grandeza reconocemos nuestra miseria, nuestro barro y nuestra condición de pecadores.
Sabemos que tú comprendes nuestra fragilidad, nuestros fallos, nuestras caídas; porque quisiste hacerte hermano nuestro pasando por uno de tantos, para devolvernos nuestra dignidad perdida.
Mira nuestra tristeza, devuélvenos el gozo y la alegría y líbranos de tantas redes como nos acechan.
Crea en nosotros un corazón puro y sincero y fortalécenos con la fuerza de tu Espíritu.
Así podremos sentarnos en la mesa festiva del Padre, sentir su cálido abrazo y recibir la gracia de su perdón.
por Admin-Web-QC | Feb 16, 2012 | Rincón de Julia
ENSEÑAR CON AUTORIDAD
Por Julia Merodio
No sé por qué, las palabras que, realmente esta semana, han llamado mi atención son las que dicen, que “Jesús enseñaba con autoridad” pero las hemos leído y escuchado tantas veces, que ya a penas nos sorprenden.
Hoy día, no sólo nos deja indiferentes la expresión, sino que además nos parece algo pasado de moda y caducado.
Sin casi darnos cuenta, hemos dejado de conectar con el mensaje. Tantos años predicando, oyendo homilías, tratando el tema de “enseñar con autoridad” para llegar al momento en que la autoridad, no sólo es rechazada, sino castigada. ¿Qué padre, madre, profesor… puede hoy educar a su hijo con autoridad? Hoy los padres son amiguetes, colegas… y así nos va.
El mundo moderno no entiende la autoridad como Jesús trata de ofrecerla. Nuestra sociedad ha confundido autoridad con autoritarismo y por supuesto, no puede admitir ninguna clase de autoridad, venga de donde venga. ¿Cómo van a ejercer la autoridad los padres con sus hijos? ¿Cómo van a ejercer la autoridad los profesores en los colegios? “Eso sería nefasto para los niños”, los frustraría, los ofendería… y así vemos un día tras otro, a lo que nos ha llevado. Padres llorando el despecho de sus hijos y profesores degradados por los alumnos, “algo sin importancia” lo pide el progreso y la erudición.
ANTE LA REALIDAD ACTUAL
Nada mejor que ponerse ante una realidad, para que uno se dé cuenta de ella. Esto que sirve de comentario y que ya empieza a calar, hasta a los que la han promovido, puede ser que tenga bastante de realidad.
La autoridad no es una palabra más o menos acertada. La autoridad requiere un comportamiento adecuado en el que la ejerce. La autoridad se traduce en un ejemplo de coherencia, veracidad, fidelidad, esfuerzo, voluntad… una serie de valores y actitudes que desgraciadamente estamos perdiendo, deshaciendo así, los pilares donde tendría que asentarse la autoridad.
De ahí que ahora quede claro que cuando se dice en el evangelio que, “Jesús, enseñaba con autoridad” se nos esté diciendo que Jesús actuaba con honestidad, con lealtad, con honradez, con integridad… o lo que es lo mismo Jesús hacía todo “a conciencia”, con coherencia, con honestidad..
OBRAR A CONCIENCIA
No soy ajena a saber que, una cosa es el dicho y otra la acción. Sé que, a veces oímos, aunque cada vez menos, “lo he hecho a conciencia” pero que cuando se trata de referirnos a la verdadera conciencia la cosa decae hasta límites insospechados.
¿Quién puede parase hoy a pensar en su conciencia? Y además ¿Qué es la conciencia, para qué sirve?
Ciertamente me estoy metiendo en un terreno difícil para mí, pero no dejaré de plasmar alguna pincelada.
La conciencia, en una versión coloquial como la mía, es: esa voz interior que nos ayuda a discernir lo bueno de lo malo y esto no es algo que acabe de descubrir yo misma, todos lo hemos experimentado.
Ya en el origen, -nos lo muestran los primeros versículos del Génesis- al presentarnos la creación, ante la persona humana aparecen dos opciones: el bien y el mal. Opciones que se repetirán a lo largo de toda nuestra vida. Pero, ante esa persona no aparece un ángel, ni un hada madrina, ni nadie capaz de decirle la opción que ha de tomar, la persona se encuentra sola ante su libertad para elegir la que quiera. Sin embargo sí escuchará esa voz interna que le interpela y le interroga.
¿Por qué Adán y Eva se esconden al obrar mal? si estaban solos, si nadie los había visto… Se esconden porque esa voz interior les dice que han obrado mal.
¿Por qué todos estos abusos que salen a la luz, un día sí y otro también, se tapan? Porque los que tratan de hacernos ver que eran correctos sabían que no lo eran, pues alguien que hace las cosas bien no tiene por qué ocultarse.
Y esta es nuestra realidad. En cualquier iniciativa a tomar, se nos presentan los dos caminos y, nosotros, desde nuestra libertad habremos de elegir el uno o el otro.
ESCUCHANDO LA VOZ INTERIOR
Ante esta perspectiva, yo creo que sería preciso escuchar esa voz interior, que no debemos ignorar, una voz a la que podemos llamar conciencia, una voz, a la que podemos hacerle caso o no, una voz que por mucho que la tapemos aparecerá.
Lo que pasa es que, a veces molesta tanto prestarle atención, que la vamos ahogando hasta hacerla imperceptible, dando lugar a todas esas irregularidades que en cada momento se nos van presentando y que a veces rozan límites que nadie podía sospechar. Pero ¿por qué pasa esto?
Porque hemos perdido el sentido de lo auténtico, hemos perdido el sentido de injusticia, hemos anulado lo que podía advertirnos de nuestra manera irregular de actuar. Hemos llegado a un momento en el que pensamos que Dios creó la conciencia para torturarnos, pero en nuestro fondo sabemos que eso no es así. Dios creo la conciencia para ayudarnos a la hora de tomar decisiones. Porque Dios sabía que la persona, necesitaba un “supervisor” que le señalase los límites, que le marcase el camino, que le hiciese distinguir los efectos que pudiera tener su comportamiento y ese supervisor se llama conciencia.
PERO ¿DE QUÉ CONCIENCIA HABLAMOS?
Para mí la conciencia ha de descansar en esa participación de amor que Dios tiene para cada uno de sus hijos. Es ese abrazo que Dios nos regala para enseñarnos a vivir, para satisfacer nuestros vacíos, para hacernos ver por dónde transitar, para mostrarnos cómo hemos de construir la vida.
Pero no podemos olvidar que la conciencia ha de estar bien formada empezando por el orden natural, porque es preciso que distinga el bien del mal, lo bueno de lo malo, es preciso que examine y reflexione ante un hecho concreto, es preciso que conozca lo recto, aunque ignore en lo más profundo que la está marcando el mismo Dios.
De ahí la importancia de conjugar lo espiritual y lo neutral, pues una conciencia meramente espiritual y no imparcial sería una conciencia vacía e inútil ya que la norma que rige y construye a la persona es la objetividad.
Por eso la conciencia siempre ha de crecer desde Dios, pues o crece en bondad, en comprensión, en amabilidad, en conocimiento… -frutos del Espíritu- o se destruye.
SOMOS RESPONSABLES DE LO QUE HACEMOS
De ahí que, la mayor verdad de la conciencia sea esta: cada uno somos, personalmente, somos responsables de lo que hacemos. No hay nada que pueda eximirnos de nuestra responsabilidad y el abandono de nuestro deber debería implicar una sanción.
Es verdad que, a veces la toma de decisiones, el optar de una determinada manera, el escoger un establecido camino, nos resulte doloroso e incluso nos exija un sacrificio, pero el saber renunciar a lo que no está bien es lo que hace crecer y madurar a la persona.
Por eso quiero invitaros a detenernos ante esta gran realidad, a pararnos de nuevo sobre el tema y reflexionar, una vez más sobre algo tan importante para nuestra vida. Tomando para ello, las palabras con que la define el catecismo de la Iglesia Católica:
“La conciencia moral es un juicio de la razón por el que la persona reconoce la calidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho. En todo lo que dice y hace, el hombre está obligado a seguir fielmente lo que sabe que es justo y recto” (n. 1778)
EDUCAR EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD
Puede ser que el tema esté ya más o menos claro, pero ahora se necesita vivirlo, hacerlo realidad y este pluralismo cultural con tantos intereses superpuestos no ayudan a ello.
De ahí que sea preciso volver a educar el conocimiento de la auténtica verdad y la defensa de la propia libertad.
Tenemos que dejar a un lado los comportamientos que nos presenta la sociedad, la seducción que nos ofrece la propaganda y el alimento de tanta desmoralización, para poder tender a la belleza moral y la claridad de la conciencia.
Pero además, nosotros, los que nos decimos cristianos, todavía hemos de dar un paso más. Hemos de preocuparnos del crecimiento de nuestra conciencia alimentándola con las principales verdades de la fe, esas que recibimos en la infancia y que hemos ido adaptando a las diversas etapas por las que hemos pasado, abriendo nuestra mente y nuestro corazón para acoger las actitudes fundamentales basadas en el respeto y la franqueza de la persona.
Una tarea delicada, que corresponde inculcar ya desde niños, para afianzarla en la juventud, a padres de familia, profesores y comunidad cristiana a la que esos niños y jóvenes pertenecen.
No podemos pasar más tiempo sin ayudar a nuestros jóvenes, a comprender los verdaderos valores de la vida, el amor y la familia, sin olvidarnos de los que elijen la vida sacerdotal o consagrada. A todos hemos de mostrarles la belleza de la santidad, la alegría de la responsabilidad y el gozo de ser colaboradores con el Señor, en la misión de regalar vida.
Esto precisa una formación humana y cristiana capaz de defender la vida, de ayudar a crecer en valores a las familias, de auxiliar a los enfermos y socorrer a los más débiles.
Y para que esto llegue a ser realidad, tendremos que buscar las respuestas en nuestro interior, donde Dios ha dejado impreso su mensaje de amor. Donde la persona se alimenta para poder “enseñar con autoridad”
por Admin-Web-QC | Feb 15, 2012 | Rincón de Julia
NOS DISPONEMOS A ESCUCHAR
Julia Merodio
El Miércoles de Ceniza, abrirá las puertas de la Cuaresma, con una invitación clara a la escucha, la interiorización y la conversión.
De ahí que me parezca importante, dedicar un rato de oración para reflexionar sobre la escucha de la Palabra, pues cuando aprendamos la diferencia que existe entre oír y escuchar empezaremos a saborear, esos regalos de amor, que el Señor quiere hacernos llegar, en estos tiempos fuertes, que la Iglesia nos brinda.
NUESTRAS ESCUCHAS
Si hay algo, que vamos perdiendo de manera incontrolada, es el saber escuchar. No hace falta ahondar demasiado en el tema, para caer en la cuenta de ello.
- Llegamos a una reunión de amigos y, nos parece saber de antemano lo que vamos a escuchar; de tal modo que cuando nos hablan, ni siquiera oímos lo que dicen, sino que vamos predispuestos a imponer nuestro criterio, para que lo escuchen los demás.
- Esto hace que no dejemos que los otros terminen lo que están diciendo, sino que antes de que acaben de hablar, ya estamos imponiendo nuestras razones.
- Tenemos otra situación clara, con frecuencia hablamos todos a la vez, difícil manera de saber lo que el otro dice y encima a gritos para que nuestra voz suba un tono más, que la del que tenemos a nuestro lado.
- Tampoco escuchamos a los “nuestros” -tan “carcas” los pobres- que nos van a decir a nosotros, personas insertadas en la sociedad… y con toda clase de estudios.
- Nos agarramos, también a veces, “al ataque”, eso da un resultado excelente para que no nos reprendan; y, claro, en lugar de escuchar lo que nos dicen, empezamos a dar gritos para, no oír a los que nos hablan y, que los demás no se enteren de lo que decimos nosotros.
- Otra situación para eludir la escucha la encontramos cuando nos parece, saber de antemano, todo lo que el otro nos va a decir. ¡Consejitos a nosotros, personas de sabiduría! Y así, ocasión, tras ocasión seguimos cerrados en nuestro mundo pobre y estrecho, sintiéndonos los “super-sabios, de la sociedad”
Con este, raquítico esquema prefabricado ¿Cómo esperar que la Palabra de Dios penetre en nosotros?
En realidad, tampoco sé si nos interesa mucho dejar que anide la Palabra en nuestro corazón, complica y exige demasiado; yo creo que, más bien, lo que pretendemos es saber algo de ella, para quedar bien cuando llegue la ocasión y saber, lo suficientemente poco, como para que no nos interpele excesivamente.
LA ESCUCHA DE DIOS
Más de una vez nos hemos planteado si, realmente, Dios nos escucha, sobre todo, cuando sus criterios difieren de los nuestros. Sin embargo, si somos capaces de recorrer nuestra trayectoria de vida, nos daremos cuenta de que, el único que escucha siempre es Dios.
Él espera siempre, comprende siempre, acoge siempre, sorprende siempre… Él no impone sus criterios acepta los nuestros. Él no habla, deja que nosotros hablemos. Él no juzga, no critica… Él siempre quiere ser uno con nosotros.
Dios ha sido así para todos los seres humanos de todos los tiempos. Si hay algo que me deja sorprendida, al máximo, es la manera que tenía de comunicación y escucha hacía su pueblo. Él escuchaba sus gritos de auxilio, sus súplicas en la aflicción, sus palabras de alabanza, su fe ante los signos que les ofrecía… Y ellos, su pueblo, se sentían escuchados. Por eso no dudaban en comunicarse con su Dios, con su único Dios.
No tenemos nada más que abrir el Antiguo Testamente para observarlo: “Escucha Israel…” Escucha… Porque se trata de escuchar…
“Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Guarda en tu corazón estas palabras que hoy te digo.
las a tus hijos y háblales de ellas estando en casa o yendo de viaje, acostado o levantado; átalas a tu mano como signo, ponlas en tu frente como señal; escríbelas en las jambas de tu casa y en tus puertas” (Deuteronomio 6, 4 – 9)
DIOS ESCUCHA SIEMPRE
Creo que, no puede haber mejor momento que este, para hacernos seriamente este planteamiento. Dios escucha siempre, pero para que una persona escuche otra tiene que hablar.
Estamos en el punto más álgido de la oración: diálogo entre Dios y el ser humano. Vemos, como los hombres del Antiguo Testamento buscaban una relación con Dios y sentían presta su respuesta. Pero claro, nosotros estamos en otro tiempo. Nosotros somos del Nuevo Testamento; no querrán ahora hacernos ver “zarzas ardiendo” ni subir a esas montañas a encontrarnos con Dios. Ahora vivimos en las grandes ciudades. Subimos en ascensor y guisamos con vitrocerámica; Lo de la zarza y el monte… hay que reconocer que quedan desfasados. Y es, precisamente a esto a lo que nos vamos a referir.
Dios, para el que no existe el tiempo, es infinito en su escucha; y así lo experimentan José y María, personas que nos traerían la novedad de la escucha de Dios. Él no tiene sitios concretos de comunicación, pero sí un lugar preciso: el corazón.
José y María nos lo muestran con precisión. Ellos supieron escuchar, supieron oír y supieron responder. Por ellos pudimos llegar a contemplar, al mismo Dios, en la carne de un Niño indefenso, para que “nos escuchase en directo” Puede ser que nos parezca salido de la realidad el hablar con un Niño que no habla y escuchar a un Bebé que sólo sabe llorar, pero ¡Qué sorprendente! Los que fueron capaces de hacer la prueba, todos salieron gritando su confirmación.
Por eso sería bueno que nos preguntásemos:
¿Soy capaz de escuchar a Dios?
¿Me siento escuchado por Dios?
MOMENTO DE ORACIÓN
Vamos a tomar una actitud de escucha y acogida. Vamos a dejar que la Palabras nos penetre, nos empape… haga poso en nosotros. Vamos a escuchar a Dios con sencillez y calma; pero, sobre todo, vamos a escuchar con el corazón.
Vivimos en un mundo complejo. Hasta nosotros llegan mensajes que nos afectan tanto de forma positiva como negativa. Ante ellos ¿nos dejamos llevar por la corriente, o tratamos de ser nosotros mismos? ¿A qué comportamiento nos llevan?
Detengámonos a pensar que, ese comportamiento –bueno o malo- será el que llegue a los demás.
Cuando le regalo un tiempo a Dios ¿soy capaz de llegar a un diálogo profundo con Él, o me quedo flotando en la superficie?
Ahora, sin perder el clima de oración, pediré al Señor que me enseñe a escuchar desde:
— La sinceridad: Para que me llegue la palabra nítidamente.
— El esfuerzo: Para que no trate de buscar lo que no cuesta.
— La perseverancia: Para volver a ella, una y otra vez, aunque no se vean resultados.
Podemos afianzar nuestra oración reflexionando con estas palabras de Isaías.
“Escuchad sordos; mirad y ved ciegos. Veíais muchas cosas pero no reteníais; estabais atentos pero, pero nada oíais.
El Señor quería manifestaros su salvación y hacer grande y gloriosa su alabanza, pero nada pudo hacer; erais un pueblo saqueado y encerrado en mazmorras” (Isaías 42, 18 -24)
por Admin-Web-QC | Feb 13, 2012 | La Comunidad NZRT
Somos una Comunidad de Matrimonios, formada por varios equipos de Matrimonios de todas las edades, que quieren vivir según la espiritualidad ignaciana.
Su propósito es que sus miembros lleguen a ser cristianos comprometidos, dando testimonio en la Iglesia y en la sociedad de los valores humanos y evangélicos esenciales para la dignidad de la persona, el bienestar de la familia y la integridad de la creación. Además de nuestra inspiración ignaciana, dentro de nuestros fines está contemplado el apostolado personal y familiar y la formación religiosa y social.
El estilo de vida de la Comunidad compromete a sus miembros a buscar, con la ayuda de los otros miembros, un continuo crecimiento personal, familiar y social en lo espiritual, lo humano y lo apostólico. Esto se traduce en participación en la eucaristía y penitencia, amor y devoción a la madre de Dios, práctica de la oración personal y matrimonial y realización de Ejercicios Espirituales.
En las reuniones de equipos se suele seguir un tema propuesto, y todos los equipos están ayudados por consiliarios, asistiendo a sus reuniones mensuales.
Si quieres saber más de nosotros, o estais interesados en pertenecer a nuestra comunidad, puedes escribir n email a: vocallianuevosequipos@matrimoniosnazaret.es
por Admin-Web-QC | Feb 7, 2012 | Montañeros NZRT
19ª marcha Montañeros de Nazaret: Un pueblo, una dehesa, una cueva
Paseo histórico-botánico-geológico por Prádena (Segovia), Sabinar y acebeda de Prádena y Cueva de los Enebralejos
17 marzo 2012
Salida 9:45 h. Área recreativa “EL Bardal” (Prádena a 116 km de Madrid) 1.107 metros.
Desnivel: escasos 200 metros. Paseo muy fácil (niños un poco mayores)
Distancia a recorrer, 8 km en ruta circular (unas 4 horas).
15:30 h : Visita a la Cueva de Los Enhebralejos
Regreso: hacia las 6 de la tarde.
Material: Botas, ropa de abrigo, chubasquero, gorro, guantes, comida y agua. Opcional: cámara de fotos.
Cómo llegar al área recreativa “El Bardal” en Prádena (Segovia): Se toma la A-1 en dirección a Burgos. Se pasa el Puerto de Somosierra y en la bajada se coge la salida 99 hacia Santo Tomé del Puerto y Segovia, tomando enseguida a la izquierda la N-110 en dirección a Segovia y a los 15 km está Prádena (No hace falta entrar en el pueblo si no se quiere). Cuando está a punto de verse el término del pueblo hay unas isletas donde se echa uno a la derecha para cruzar la carretera al otro lado en donde vemos de frente el área recreativa. (Si se va por la calle principal del pueblo en las isletas hay que cruzar al otro lado de la carretera). Aparcar dentro del área detrás de la valla metálica.
Descripción del recorrido: Itinerario muy fácil, casi un paseo, que permitirá el descubrimiento de algunos tesoros biogeográficos de la vertiente segoviana de la Sierra de Guadarrama. En algunos tramos iremos por la Cañada Real Soriana. Acebos y sabinas pondrán la nota de color a esta excursión que tendrá además como aliciente el estudio de la geomorfología de la zona con la visita a la Cueva de los Enhebralejos cavidad de origen kárstico desarrollada entre dolomías del Cretácico con pinturas, grabados y enterramientos del hombre calcolítico (2.200 A.C)
El sabinar (juniperus thuriphera). Algunos ejemplares de más de 200 años (en el cercano pueblo de Sigueruelo hay una sabina de 400 años). Forman bosques muy poco densos con bellos ejemplares de troncos retorcidos y añosos que desprenden agradable olor.
La acebeda (acebal o bosque de acebos (ilex aquifolium). Está precioso en el invierno con sus frutos rojos. Al estar dentro de la Dehesa de Prádena se ha conservado muy bien. Por su extensión (unas 60 Ha.) es una de las más grandes de España y para muchos de Europa.
La cañada real soriana. En España constituyen un fenómeno sociológico de primera importancia pues en ellas se han concentrado una infinidad de factores (económicos, etnográficos, históricos, medioambientales…).
Cueva de los Enhebralejos www.cuevadelosenebralejos.es. Tenemos reservado un pase de grupo para las 15:30. Precio de unos 4 € según número. Es muy interesante.
En caso de pérdida el móvil de Vicente es el 628 879 000 y el de J.L. Blanco 609 345 865.
Próxima marcha: día 13 de mayo a Siete Picos y Camino Smith. En abril no hay marcha por los Ejercicios Espirituales.
por Admin-Web-QC | Feb 2, 2012 | Montañeros NZRT
por Admin-Web-QC | Ene 14, 2012 | Rincón de Julia
por Admin-Web-QC | Ene 14, 2012 | Rincón de Julia
por Admin-Web-QC | Dic 14, 2011 | Montañeros NZRT
17ª marcha: Subida al Cancho Gordo (1564 m), Sierra de la Cabrera
Esta excursión, parte de ella ya realizada a principios del 2011, merece la pena. En la pasada excursión no todos subieron al Cancho Gordo. Esta vez queremos coronar por eso la hacemos un poco mas corta.
Día: 21 enero 2012
Salida: 9:30 del campo de fútbol de Valdemanco (1127 m.).
Duración: 4-5 horas (no más de 7 kilómetros)
Llegada a Madrid: sobre las 6 de la tarde
Material: Botas, comida, agua, ropa de abrigo, chubasquero, gorro, guantes
Desnivel máximo: 437 metros
Descripción de la ruta: Preciosa marcha para conocer la sierra de La Cabrera. Salida de Valdemanco (1127 m.) a coger el PR que sube con poca inclinación al Callejón Arroyo Alfrecho que haremos en hora y media con magníficas vistas. Desde este collado o callejón ascenderemos al Cancho Gordo en 35 minutos para deleitarnos con sus vistas. La otra vez que estuvimos allí todos no pudieron subir a la cima.
Cómo llegar a Valdemanco que está a 5 km del pueblo de La Cabrera y a 62 km de Madrid:
Salir de Madrid por la carretera de Burgos la N-I y tomar la salida 57 que nos lleva a La Cabrera, Valdemanco, Bustarviejo y por la derecha a Torrelaguna.
En la gasolinera de la Cabrera (donde se puede comprar pan) torcer a la izquierda cogiendo la M-610 en dirección a Valdemanco y Bustarviejo.
En 5 kilómetros llegamos a Valdemanco donde veremos un monumento a la entrada del pueblo junto a la carretera. Allí torceremos a la derecha para por empinadas calles subir a la parte alta del pueblo donde está el campo de fútbol (calle de la Maleza, a unos 300 metros de la carretera). Allí se puede aparcar y coger agua de una fuente. En el monumento se puede preguntar por el campo de fútbol que queda cerca.
De Madrid a Valdemanco son 50 minutos en coche o menos.
Próxima salida: 12 de febrero 2012. Descenso travesía de Puerto de la Morcuera al Paular
por Admin-Web-QC | Dic 14, 2011 | Rincón de Julia
SOMOS EVANGELIO PARA EL MUNDO
Por Julia Merodio
Por mucho que nos hayamos esforzado, en estas dos semanas que llevamos de Adviento, tenemos muy claro que, la iniciativa ha siempre es de Dios y que, ha sido Él, el que ha llenando, de ternura y alivio, nuestro ser.
Se nos ha mostrado como Padre y Hacedor; moldeando nuestra arcilla y confortándonos en nuestra fragilidad. Se nos ha mostrado como consolador, para darnos fuerza y confianza. Ahora en esta tercera semana, somos enviados a proclamar, todas esas finuras que hemos vivido junto a Él y que tan Buena Noticia han sido para nuestra existencia. Por tanto tomaremos conciencia de que somos:
EVANGELIO PARA EL MUNDO
Al adentrarnos en algunas de las lecturas, tomadas del profeta Isaías para este tiempo de Adviento, nos sorprende encontrar, entre sus líneas, implícita a María.
Y sorprende, porque siempre se espera a María, como protagonista, en la cuata semana de adviento; sin embargo el profeta Isaías, a pesar de mostrar su sentimiento, con tanta antelación; parece conocer a María de forma singular y la plasma de una manera única. Parece gritar, como la historia humana acogida desde Dios, es siempre antigua y siempre nueva; siempre prodigiosa y siempre sublime.
Siendo así ¿Cómo no elegir a María como la gran portadora de la Buena Noticia? Nos basta con tomar el evangelio de Lucas para, desde su sobriedad, darnos cuenta de ello.
Lucas no duda en situarnos ante uno de los últimos rincones del mundo, para presentarnos a esa joven que ha sido “agraciada”, porque Dios ha puesto su mirada en ella.
Pero ¿es que Lucas no sabía lo que hacía? Lucas, no pretende impresionar a nadie. Lucas que, ha vivido junto a Jesús, se ha dado cuenta de que, las cosas de Dios se escapan, un poco, a nuestra mente humana; y, ahí está la realidad. Solamente los que saben leer con los ojos del alma, serán capaces de entenderlo. Por eso María, escasa de cultura, leyó las maravillas del Señor, con tan singular nitidez y las pregonó con tanta fidelidad.
María ha sido capaz de expresar su amor, porque ha vivido bajo la mirada de Dios. El amor de Dios se había encarnado en Ella y eso le hacía mostrar: al Dios de la paz, del amor, de la esperanza… a cuantos se cruzaban con en su camino.
La criatura nueva, que acababa de tomar vida en su seno, le había hecho nacer un nuevo corazón, todavía mayor del que ya poseía y la Buena Noticia brotaba de su manera de vivir y de amar.
María vivía una historia de gracia donde, el punto de partida, había sido: la revelación del amor de Dios.
María había dejado a Dios, que le susurrase su nombre y la inundase de su inmensa misericordia.
Y todo ello le hacía ser: El gran Evangelio para el Mundo.
ES HORA DE CONTEMPLAR
Esta tercera semana, querría invitaros a que nuestra oración fuese de Contemplación. Por lo que, tendremos que pedir al Señor su gracia, para entrar en ella con la sorpresa y la humildad que merece. Pues, cuando la persona ha tenido experiencia de Dios y ha reflexionado sobre Él, nota como sus actitudes, emociones, sentimientos, afectos y manera de ser cambian, al ser contemplados a la luz de su Palabra. Y ya no se puede prescindir del encuentro personal con el Señor; se necesita buscarlo, hallarlo, sentirlo… se necesita contemplarlo.
Porque es contemplando donde uno puede meterse en el mundo escondido de Dios. Un mundo donde toda regla desaparece, toda estrategia se suprime, toda metodología se simplifica… y, solamente se encuentra la gratuidad de Dios dándose a conocer. Por tanto, es precisamente, en ese momento, en el que se toma conciencia de lo que es el mundo de la gracia; donde no hay deudas sino don y gratuidad.
La Contemplación es, en sí misma, oración profunda y personal. En ella nada importa el saber, sino el sentir.
Cuando se han hecho Ejercicios Ignacianos reiteradas veces, la contemplación empieza a hacerse algo habitual en la vida.
S. Ignacio tiene una maestría especial, para instar a la persona a situarse en la escena, como si se hallase presente. Él nos pide que veamos a los personajes, escuchemos lo que hablan, nos hagamos uno con ellos y compartamos la realidad de lo que se vive; y esto, no para recibir información si no para sentir al Señor, para ir entrando en ese mundo, escondido donde el conocimiento de Dios plenifica a la persona.
Para hacer una oración de Contemplación, no se necesita tener una inteligencia privilegiada, se necesita tener sed de Dios, ansia de buscarlo, de conocerlo de amarlo.
Para contemplar, no se necesita hacer experimentos, sino ansiar un encuentro personal con el Señor, para compartir con Él hasta que se note que va ocupando el corazón.
MOMENTO DE ORACIÓN
Como cada semana nos ponemos en presencia del Señor. Nos silenciamos y buscamos ese momento de encuentro, donde cada uno no puede dejar de preguntarte:
- ¿Qué quiere Dios de mí?
- ¿Cómo puedo ser Buena Noticia para el mundo?
La respuesta del Señor no tardará en llegar. A cada uno le dirá algo personal y único, pero también habrá una respuesta común para todos. Serás Buena Noticia para el mundo:
– Siendo fiel al Evangelio.
– Siendo fiel a tu carisma personal.
– Siendo fiel a los signos de los tiempos.
Porque Dios, en cada momento nos hablará de una manera distinta y lo importante será acoger esa Palabra que nos ha llevado hasta la contemplación, bajo la luz del Espíritu Santo; teniendo la seguridad de que, cuando Dios quiere algo de nosotros, no hay duda de que es posible. Él, lo confirmará cuando quiera, lo hará como quiera, pero sin dudarlo se efectuará, pues Dios tiene poder para realizar lo imposible.
También es cierto que Dios, conoce nuestra fragilidad y nuestra debilidad, pero con su misericordia infinita, pacientemente, nos irá preparando, caldeando, enseñando… irá respetando nuestro proceso, dejando que lo rumiemos, que lo interioricemos… que vayamos purificando la Palabra, objetivándola, haciéndola vida, hasta que vea que ya estamos preparados para salir al mundo, a llevar su Salvación a los demás.
Para seguir esta oración, podemos tomar estos versículos del profeta Isaías, seleccionados para el tercer domingo de Adviento:
“Como el suelo echa sus brotes, como el jardín hace brotar la semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos, ante todos los pueblos” (Isaías 61, 10 – 11)
Los frutos son el lenguaje de nuestra vida “Por sus frutos los conoceréis” dice la Palabra de Dios:
El árbol bueno, da frutos buenos.
El árbol malo, da fritos malos.
Y nosotros ¿Qué frutos damos?
Nada permanece oculto a los ojos de Dios. Para Él la noche es clara como el día y la tiniebla el comienzo de la aurora.
Dios no nos pide acopio de bienes sino confianza. Por tanto hagamos un gran acto de fe en el Señor, eso nos llevara a acoger la voluntad de Dios con alegría y acción de gracias.
Seamos en la vida verdaderos precursores y verdaderos profetas. Posiblemente creamos, que son pocos los que lo reconocerán, pero sin saber cómo, la presencia de Cristo se irá haciendo presente en nuestro mundo.