LA HORA DE LAS PREGUNTAS

Por Julia Merodio

 

Estoy segura de que, muchos conoceréis la homilía que el Papa iba a haber pronunciado en Cuatro Vientos y que las inclemencias meteorológicas le impidieron hacerlo. Pero aunque así sea quiero incidir sobre ella ya que, su calado, sencillez y profundidad, llegan a lo profundo del corazón.

 

HACIENDO PREGUNTAS

Creo que, todos nos quedamos un poco impactados, al ver a aquellos jóvenes haciendo preguntas al Papa, exponiendo en público sus inquietudes. Ciertamente, el mundo que estábamos viviendo, no tenía mucho que ver con el que estamos acostumbrados.

En este momento de la historia ¿A quién le importan las inquietudes de otro? Una y otra vez escuchamos “que cada palo aguante su vela” ¡Nosotros no queremos problemas! Pero es más, ¿quién es capaz, en esta sociedad de las prisas, de perder su precioso tiempo en escuchar preguntas?

Sin embargo el Papa, nada más y nada menos que un jefe de estado, les dice: “agradezco la sinceridad con que habéis planteado vuestras inquietudes. En ellas veo que anheláis alcanzar algo grande en la vida, algo que os dé plenitud y felicidad”

 

UNA RESPUESTA QUE NO SE HACE ESPERAR

Jesús nos da la respuesta a estas preguntas, les dice el Papa, remitiéndolos al evangelio de Juan 15, 9 “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor”

El Papa sabe mejor que nadie, que no es fácil, en este contexto en el que nos ha tocado vivir, ser fiel a la fe cristiana y aspirar a grandes ideales. Pero la directriz del Papa es siempre la misma “Dios nos ama” esta es la gran verdad de nuestra vida –nos dice- la que da sentido a todo lo demás.

De ahí el slogan propuesto para la JMJ: Vivir “Arraigados en Cristo, firmes en el Fe” Es decir tener una relación directa con el Señor, lo mismo que la teníamos en ese momento.

 

BENEDICTO XVI TAMBIÉN NOS HABLA DE LA VERDAD

Fueron muchas las veces que Juan Pablo II nos habló de la verdad, pero Benedicto XVI no deja de reincidir en ello. “no os conforméis con menos que la  Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo”

Y el Papa se atreve a gritar estas palabras en un planeta, donde la multitud de culturas relativistas, desprecia la búsqueda de la verdad.

El Papa no se anda con remilgos, una y otra vez repite: “si permanecéis en el amor de Cristo, encontraréis aun en medio de las contrariedades y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. Porque la Fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona”

Parece que esto nos suena. Lo hemos escuchado demasiadas veces. Cuando Jesús le habla a Pilatos de la verdad, Pilatos le pregunta –posiblemente lo mismo que muchos de nuestro entorno nos siguen preguntando- ¿Y qué es la verdad?

 

LA VERDAD

La verdad está en Dios. Sólo Él es la absoluta verdad. Lo nuestro son verdades a medias, aunque la búsqueda de la verdad siempre sea admirable y apasionante.

Pero los que, al menos hemos optado por el Señor, sabemos que vivir en la verdad es la aspiración más alta del ser humano y que, solamente con mucho coraje y humildad podremos aspirar a ella.

Pero la verdad llena la vida de esperanza, porque ella es la esencia de la redención. Jesús que, conoce a la perfección el dolor humano, carga con todas nuestras aflicciones para aliviar nuestro dolor y nos enseña la manera de ayudar a cuantos enfermos, humillados, olvidados, excluidos… encontremos en nuestro caminar, porque ello será, dice el Papa “un testimonio humilde y callado del rostro compasivo de Dios”

 

MOMENTO DE ORACIÓN

Hacemos silencio. Tratamos de insertarnos en la oración. Dios nos esperaba y está con nosotros.

Ante el Señor, vamos a ir escuchando de nuevo las palabras del Santo Padre:

  • “Que ninguna adversidad os paralice” “no tengáis miedo al mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad.
    • Vamos a darnos cuenta, junto al Señor de que, el miedo siempre paraliza; nos hace ver cosas que no son ciertas, pone ante nosotros el respeto humano.
    • Detengámonos en ello. Vayamos a esos hechos concretos, de nuestra vida, en que esa fue nuestra realidad.
  • “El Señor os ha otorgado vivir en este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe, siga resonando su nombre en la tierra”
    • Volvemos a nuestro interior. Quizá estemos pasando por un momento en el que la vida se nos haya puesto difícil, acojámoslo con paz, presentémoslo al Señor con sencillez.
  • Ahora hagamos una oración de petición. Pidámosle que nos ayude a descubrir su voluntad. Pidámosle valentía y generosidad para afrontarlo.

 

Quizá la prisa no nos deje sosiego para permanecer más tiempo junto al Señor, pero fue también el Papa, el que nos dijo: “No os canséis de dialogar con el Señor. Poned ante Él vuestra preguntas y escucharlo”